Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Luis Bello   Abr 4, 2024 - 5:05 pm
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En la vida hay preguntas que, al parecer, no tienen respuesta: ¿qué pasa después de que morimos?, ¿volveremos a ver a las personas que ya se fueron de este mundo?, ¿qué ven nuestros ojos cuando los cerramos y el mundo termina reducido a nada?

Algunas de esas cuestiones se han intentado resolver usando la imaginación. Por eso son temas recurrentes en la literatura, los poemas. Pero la última pregunta, la de qué ven nuestros ojos al cerrarlos, sí tiene una respuesta contundente.

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Seguro habrá quien se aventure a decir que no se ve nada, que la mirada queda cubierta por un manto negro que nos aísla del mundo. Sin embargo, cuando cerramos los ojos vemos un color gris lleno de pequeños destellos de luz que muchas veces toman formas geométricas y se mueven ante nosotros.

Eso se debe a que nuestro cerebro, que es el lugar donde se forman las imágenes, no deja de funcionar ni siquiera cuando tenemos los ojos cerrados. Por el contrario, la luz que es captada, llega a las neuronas –que emplean señales eléctricas para funcionar– y por eso vemos los destellos de luz sobre un lienzo gris. Quienes desean tener un cuerpo saludable, tienen una solución alcance que los beneficiaría mucho.

Ese color que observamos al cerrar los ojos tiene un nombre alemán: eigengrau. Esa denominación se la puso el psicólogo decimonónico Gustav Theodor Fechner, uno de los padres de la psicología experimental durante el Siglo XIX.

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El nombre del color, que está compuesto por dos palabras del alemán, significa gris intrínseco o su propio gris. Por un lado, la palabra Eigen se traduce como “luz propia”, mientras que grau, es “gris”.

El eigengrau, que es el color de la nada, quizá lo que veremos después de que nuestro paso por este mundo finalice, también tiene un código Hex para utilizarlo, el #16161d. Recientemente, dieron a conocer 3 alimentos que ayudan a desinflamar el colon.

La unión de estas dos palabras fue posible, de acuerdo con información publicada por el portal web Xataka, gracias a la flexibilidad de la estructura gramatical del idioma alemán, en el que las palabras están compuestas por una primaria y una determinante.

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Por eso, la lengua germánica permite que conceptos como “el fantasma de tiempo”, o “ejercicios mentales”, se reduzcan a zeitgeist y gedankenexperiment, respectivamente. Esa lengua, tan compleja la mayoría de veces, pero fascinante para quiénes la conocen, es la única que ha permitido darle nombre a un color que, más que una tonalidad, parece ser una experiencia.

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