
En su primer día como presidente de Estados Unidos, Donald Trump anunció una serie de medidas destinadas a revertir las políticas de la administración de Joe Biden sobre vehículos eléctricos, afirmando que pondrá fin al “favoritismo” hacia estos automóviles.
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Desde la Casa Blanca, Trump afirmó que su prioridad será “salvar” a la industria automotriz estadounidense, la cual, según él, ha sido amenazada por las regulaciones medioambientales que impulsan la electrificación del transporte.
“Revocaremos el mandato de vehículos eléctricos para salvar nuestra industria automovilística y cumplir con mi promesa para con los trabajadores estadounidenses”, declaró el mandatario.
Si bien no existe un mandato formal que obligue a la compra de autos eléctricos, las políticas del gobierno anterior incentivaron su adopción a través de subsidios y regulaciones que buscaban reducir las emisiones de carbono. Con esto queda claro que Trump va en contravía de los planes del presidente Petro, quien ha mostrado su interés por impulsar la compra de carros eléctricos en Colombia.
En este sentido, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) estableció normas que han dificultado la producción y venta de vehículos de combustión interna. Trump calificó estas regulaciones como una “imposición” que encarece los costos para los consumidores y pone en riesgo miles de empleos en la industria automotriz tradicional.
Precios de carros eléctricos subirían en Estados Unidos
Uno de los primeros pasos de su administración será proponer la eliminación del crédito fiscal de 7.500 dólares para vehículos eléctricos, un beneficio que actualmente está disponible para 21 modelos fabricados en el país, incluidos nueve de la compañía Tesla, propiedad de Elon Musk, un aliado cercano de Trump. Sin embargo, la derogación de estos incentivos dependerá del Congreso, donde la propuesta podría enfrentar resistencia.
En materia de manufactura, el presidente destacó su deseo de que las fábricas de automóviles se mantengan en suelo estadounidense y no se trasladen a otros países, como México, donde empresas chinas están invirtiendo en nuevas plantas de producción.
“Volveremos a fabricar automóviles a un ritmo que no se hubiera pensado hace unos años”, afirmó Trump, reforzando su promesa de priorizar los empleos locales.




Donald Trump subiría impuestos a carros importados en Estados Unidos
Como parte de su plan, Trump advirtió en campaña que impondrá aranceles de importación de hasta el 200 % para cada carro que quiera ingresar a Estados Unidos si las fábricas no se trasladan a ese país.
Esta medida afectaría no solo a China, sino también a Europa y cualquier otro país que desee comercializar sus vehículos en Estados Unidos.
Biden aplicó aranceles del 100 % a los carros eléctricos chinos, una medida cuatro veces mayor que las tasas impuestas anteriormente. La propuesta de Trump duplicaría esta cifra, lo que constituiría una política proteccionista sin precedentes.
Trump y sus políticas podrían cambiar el curso de la industria automotriz en Estados Unidos. La implementación de aranceles tan elevados y el rechazo a la promoción de vehículos eléctricos marcan un enfoque que prioriza la producción nacional y desafía las tendencias globales hacia la electrificación.
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