
El experto en vehículos destacó cómo estas marcas, inicialmente percibidas como opciones de calidad cuestionable, han transformado su perfil hasta convertirse en jugadores serios y competitivos en el ámbito global.
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José Clopatofsky señaló que la entrada de marcas como Deepal, Zeekr, GAC, BYD y GWM (una evolución de Great Wall) ha sido más estratégica y sofisticada que en otros países de la región, como Chile o Ecuador, donde el crecimiento ha sido masivo pero descontrolado. En Colombia, en cambio, estas marcas han llegado bajo el respaldo de grupos empresariales confiables, lo que garantiza un servicio posventa robusto y una reputación sólida.

El analista resalta que los vehículos chinos de hoy “son otra cosa”. Gracias a la colaboración obligatoria con empresas occidentales establecidas en China, estas marcas han accedido a tecnología avanzada, materiales de alta calidad y diseños llamativos.
“No están aterrizando como sucedió hace años con productos de orígenes poco conocidos y calidad de perfil bajo […]. Han tenido esa transfusión evidente de materiales, tecnología, proveedores, pinturas y diseños a un nivel totalmente competitivo”, dice Clopatofsky en su columna.
Además, el enfoque en vehículos eléctricos les ha permitido eludir aranceles impuestos a los automóviles de combustión, dándoles una ventaja estratégica en mercados como el colombiano.
En cifras, China fabrica 1,3 millones de vehículos de nuevas energías al mes, representando el 51,8 % de las ventas internas, y exporta 120.000 unidades mensuales. Incluso, hay cementerios de carros en ese país.
En este contexto, Colombia se beneficia de un flujo constante de carros eléctricos que combinan precios competitivos, tecnología confiable y un enfoque en la autonomía, el principal interés del consumidor actual.
Marcas como BYD, veterana en el sector eléctrico, están consolidando su posición, mientras que otras empresas chinas comienzan a replicar esta estrategia. Clopatofsky resalta que estas compañías no solo traen autos al país, sino que también introducen sus submarcas, diversificando la oferta y aumentando la presión sobre los fabricantes europeos y estadounidenses.
Carros chinos, con reto en Colombia (si son eléctricos)
La rápida llegada de vehículos eléctricos chinos pone en evidencia un desafío fundamental: la infraestructura de recarga. Clopatofsky señala que este es un problema que trasciende a la industria automotriz y recae sobre el Gobierno.




Si bien se habla de convertir a Colombia en líder en iniciativas ambientales, el avance debe traducirse en medidas concretas, como la instalación masiva de estaciones de recarga para satisfacer la creciente demanda.
El periodista concluye que, aunque el panorama es prometedor, el éxito de esta transición dependerá de la coordinación entre el sector público y privado, así como del compromiso estatal para conectar a los ciudadanos con estas nuevas tecnologías de manera efectiva.
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