Bogotá cuenta con un espacio de información muy completo donde la ciudadanía, residentes y extranjeros pueden consultar la información que les interesa sobre Bogotá, su historia, sus localidades, la gestión y principales noticias de la Administración Distrital.
La ciudad de Bogotá intensifica sus esfuerzos en la lucha contra la delincuencia, enfrentándose a riesgos que, aunque pueden parecer cotidianos, tienen raíces profundas en la manera en que los ciudadanos comparten su información en el entorno digital. De acuerdo con lo informado en Bogotá.gov.co, algo tan común como publicar una foto del vehículo recién adquirido, difundir historias desde el estacionamiento residencial o compartir un viaje en tiempo real puede convertirse en un activo para redes criminales. Estos detalles, aparentemente inofensivos, pueden proporcionar a los delincuentes información valiosa sobre las rutinas, propiedades e incluso la ausencia de los propietarios.
Una de las vulnerabilidades más recurrentes se relaciona con el hurto de vehículos, especialmente cuando se comparten imágenes en las que la placa es claramente visible, se geolocaliza el sitio de parqueo o se deja en evidencia que el propietario está fuera de casa. Según el portal Bogotá.gov.co, estos factores se convierten en piezas esenciales para quienes planean actos delictivos, pues permiten identificar posibles objetivos y momentos de mayor vulnerabilidad.
Pero la exposición digital no se limita únicamente al ámbito vehicular. Otros delitos cobran fuerza cuando circula información como números de cédula, fotografías de documentos oficiales, carnés, tiquetes aéreos o detalles laborales. Dichos datos pueden ser empleados para suplantaciones de identidad o fraudes que afectan tanto a las personas como a sus entornos familiares y financieros. Ante este panorama, la campaña conocida como No Viva #EnModoPúblico busca generar consciencia frente a los riesgos reales de compartir datos personales en línea.
Lejos de restringir el uso de las redes sociales o señalar a las víctimas por sus prácticas, esta estrategia —respaldada por declaraciones del secretario César Restrepo según el citado medio— enfatiza la necesidad de que los ciudadanos adopten hábitos de autoprotección. El llamado es claro: la confianza depositada en la esfera digital no debe convertirse en una oportunidad para el crimen; es fundamental atender las recomendaciones para no facilitar información a los delincuentes.
Un ejemplo ilustrativo de esta campaña se presenta en la red social X, donde un video advierte sobre el riesgo de celebrar la compra de un carro subiendo la imagen a internet, pues tanto la placa visible como el lugar de parqueo pueden funcionar como potenciales pistas para la delincuencia. En la grabación, las autoridades aconsejan configurar adecuadamente la privacidad de las cuentas, reflexionar antes de publicar información sensible y evitar divulgar detalles sobre vehículos, viajes o hábitos diarios.
Así, en un contexto donde todo lo público está al alcance de cualquiera, la principal enseñanza es que la seguridad digital parte de la precaución y la responsabilidad. Mantener actualizada la configuración de privacidad y pensar cuidadosamente antes de compartir detalles cotidianos constituye hoy una medida básica de prevención que puede marcar la diferencia frente a quienes buscan aprovechar cada descuido.
¿De qué manera se puede educar a la ciudadanía para evitar caer en la sobreexposición digital?
En un mundo donde el acceso a las redes sociales está al alcance de la mayoría de la población, la educación en seguridad digital resulta fundamental para prevenir delitos asociados a la exposición de información personal. Concienciar sobre las consecuencias de compartir detalles aparentemente inocentes puede potenciar una actitud más responsable y crítica frente al uso de la tecnología.
En este sentido, campañas como No Viva #EnModoPúblico demuestran la importancia de ofrecer herramientas y consejos prácticos adaptados a las realidades cotidianas. La formación constante y el acompañamiento por parte de las autoridades pueden fortalecer la capacidad de autoprotección de los ciudadanos, generando así entornos digitales más seguros para todos.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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