Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Dic 23, 2025 - 12:10 pm
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La ciudad de Bogotá ha sido durante años un epicentro cultural en Colombia, albergando constantemente conciertos y salas de teatro con alta asistencia. Sin embargo, en la memoria de la comunidad artística persiste el vacío dejado por el Festival Iberoamericano de Teatro, cuya última edición se realizó a finales de la década de 2000. La labor de Fanny Mikey, la gestora de este icónico evento, es aún recordada como irrepetible. Ahora, el Festival Internacional de Artes Vivas (FIAV) busca volver a posicionar a Bogotá en el mapa mundial del teatro, con la intención de reunir, en un mismo periodo, las grandes producciones que suelen presentarse en diferentes recintos como Colsubsidio, el Teatro Julio Mario Santo Domingo y el Centro Nacional de las Artes. Este esfuerzo por retomar el carácter de epicentro cultural es, según fuentes consultadas por El Espectador, la esencia del festival.

Respecto al proceso curatorial del FIAV, la edición 2024 representa un cambio importante comparado con versiones anteriores. El año anterior obtuvo apoyo de entidades como la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá (SCRD), el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, así como la Cámara de Comercio y diversas instituciones, pero las limitaciones presupuestales impidieron organizar una convocatoria formal. Para la edición actual, en contraste, se llevó a cabo una convocatoria tanto distrital como nacional. Las agrupaciones interesadas debieron inscribirse y pasar por un riguroso filtro dirigido por jurados de la SCRD. Solo tras esta primera selección, el equipo curatorial evaluó las propuestas, adoptando sus decisiones de manera sorprendentemente unánime.

En cuanto a la selección internacional, el proceso recae sobre Octavio Arbeláez, quien, según el equipo, es uno de los mayores conocedores de las artes escénicas globales en el país. La organización y logística requeridas para realizar una convocatoria internacional serían enormes, dada la diversidad y escala de los grupos participantes. Por eso, la curaduría se ha basado en criterios de experiencia y conocimiento del sector.

La oportunidad de estar en contacto con obras provenientes de países como Rusia, China y Australia es considerada fundamental para los artistas, como lo señaló uno de los entrevistados. Para ellos, estos festivales representan espacios de aprendizaje, inspiración y de acceso a formas de creación artística que, de otra manera, serían difíciles de conocer. Recordando sus primeras experiencias en festivales de teatro de otros países, el artista destaca cómo la exposición a proyectos internacionales amplía horizontes creativos y refuerza la idea de que Colombia es parte activa de la industria teatral mundial.

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El reconocimiento internacional de agrupaciones colombianas es tangible. Un ejemplo citado es la participación exitosa en el Festival de Otoño de Madrid, uno de los más prestigiosos de Europa, donde la obra "Labio de liebre" fue solicitada específicamente para mostrar el talento latinoamericano en formatos de gran escala. Sin embargo, los representantes culturales insisten en que el país necesita mayor visibilidad y presencia frente al escenario global.

El impulso estatal a estas iniciativas se percibe como vital. El hecho de que el apoyo público a festivales internacionales no implica un sacrificio de recursos para actividades locales es insistido por los organizadores, quienes además subrayan la importancia de aprovechar cada oportunidad administrativa y presupuestal disponible. A pesar de cualquier incremento de fondos, la demanda siempre excederá a la oferta, por lo cual el reto es crear mecanismos sostenibles más allá del financiamiento directo.

En este sentido, la creación de redes de circulación y visibilización emerge como eje fundamental: no basta con invertir recursos en equipar municipios, sino es esencial fomentar espacios para la presentación y movimiento de artistas en todo el país. Sólo de esa forma se fortalece apoyos sólidos y perdurables a la cultura.

¿Qué es la curaduría en el contexto de un festival de artes vivas?

La curaduría, en el contexto de un festival de artes vivas como el FIAV, se refiere al proceso de selección, evaluación y organización de las obras que harán parte del evento. Este procedimiento es clave para garantizar un equilibrio entre propuestas nacionales e internacionales, la calidad artística y la diversidad de las manifestaciones que se exhibirán. La curaduría puede implicar convocatorias abiertas o, en el caso internacional, estar a cargo de expertos con amplia experiencia, como se destacó en la voz de Octavio Arbeláez.

La importancia de la curaduría radica en dar coherencia conceptual, artística y logística al festival, permitiendo la integración de diferentes expresiones teatrales y la promoción del talento colombiano frente al público nacional y extranjero. Gracias a este mecanismo, se establece el carácter y la identidad del evento, así como la calidad de su programación.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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