El próximo 12 de octubre a las 3:00 de la tarde, la media torta de la Universidad del Quindío será el escenario del UQ Góspel, un evento de música cristiana orientado a reunir a la comunidad universitaria y a la ciudadanía en torno a la adoración colectiva. Esta cita, más allá del carácter religioso, representa una oportunidad invaluable para reflexionar sobre la función de la espiritualidad dentro de los campus latinoamericanos, el auge de la música grupal tras la pandemia y la interacción entre la universidad pública y las distintas expresiones de fe.
La relación entre espiritualidad y vida académica es un fenómeno con antecedentes en la región. De acuerdo con un reportaje publicado en la BBC Brasil en 2019, la Universidad Federal de Río de Janeiro ha fomentado por más de una década jornadas interreligiosas de reflexión ética, incluyendo diversas denominaciones en mesas de diálogo. En Colombia, según datos oficiales de la Universidad Nacional de Colombia del 2023, la Semana del Diálogo Intercultural y Religioso promueve la construcción de puentes entre diferentes creencias en el marco de una sociedad pluralista.
Siguiendo esta línea, la Universidad del Quindío se suma al debate público con la organización del UQ Góspel, convocando a toda la comunidad universitaria, familias y miembros de diferentes congregaciones. Esta apertura adquiere un significado especial en el contexto de Colombia, donde cifras de la Encuesta Longitudinal Encuesta Social (ELCE 2022) del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) señalan que el 87% de la población se identifica como cristiana, aunque aumenta el segmento que declara su espiritualidad fuera de las iglesias tradicionales, lo que subraya la relevancia de la diversidad en instituciones históricamente laicas.
Según Enrique Pérez, estudiante de sociología en la Universidad del Quindío e integrante de agrupaciones musicales cristianas, “eventos como el UQ Góspel permiten expresar la espiritualidad de los jóvenes de manera pública dentro de la universidad, algo que antes se mantenía en la esfera privada”. Estas experiencias concuerdan con el análisis del sociólogo Camilo Muñoz en la revista Semana (2024), quien resalta la demanda de espacios que combinen formación académica y experiencias de fe en entornos multiculturales.




Por su parte, la directora de Bienestar Universitario, Lucía Sánchez, indicó mediante declaración a Crónica del Quindío que se busca “propiciar espacios de construcción colectiva y salud mental, en los cuales la música y la espiritualidad juegan un papel relevante después de tres años de pandemia”. Este enfoque también se sustenta en el informe “Tendencias del bienestar estudiantil en Latinoamérica” de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) (2023), que asocia la integración de actividades espirituales y culturales con mayor sentido de pertenencia y mejor clima social en los campus.
A pesar de la invitación inclusiva, la preeminencia de la mayoría cristiana suscita interrogantes sobre la representación de otras identidades espirituales y no religiosas. María Ríos, abogada de la organización no gubernamental (ONG) Diversidad Religiosa,expresó a Caracol Radio (2024) la importancia de garantizar espacios también para quienes no practican ninguna fe, evidenciando los retos de la pluralidad en el ámbito público.
Así, el UQ Góspel simboliza mucho más que una celebración de fe: es un espacio de encuentro y reflexión que pone sobre la mesa el diálogo entre espiritualidad, música y vida universitaria, y anticipa discusiones relevantes sobre inclusión y diversidad en la universidad pública.
¿Cómo se asegura la universidad de que eventos religiosos no excluyan a quienes profesan otras creencias o ninguna?
Esta pregunta emerge de la inquietud sobre los principios de laicidad y pluralidad en instituciones públicas. Dados los datos del DANE y las voces de organizaciones como la ONG Diversidad Religiosa, Colombia es un país mayoritariamente cristiano, pero con creciente diversidad espiritual. Por tanto, es fundamental que la universidad diseñe espacios que sean incluyentes, tanto para creyentes como para quienes no practican religión, evitando así cualquier forma de exclusión.
El debate cobra importancia porque, como subraya el informe de la Unesco citado en el artículo, la representación equilibrada de todas las posturas en los campus contribuye al sentido de pertenencia y disminuye actos de discriminación. Asegurar esta inclusión requiere voluntad institucional y canales de diálogo permanentes entre los distintos colectivos universitarios.
¿Qué impacto tiene la música colectiva en la salud mental universitaria después de la pandemia?
Esta interrogante es clave en el contexto post-pandémico, cuando las universidades buscan estrategias para fortalecer la salud mental y la cohesión social en sus comunidades. De acuerdo con la directora de Bienestar Universitario, la música cumple un rol significativo, facilitando la expresión de emociones y la interacción positiva entre estudiantes.
El reconocimiento de esta función se respalda en el informe de la Unesco, donde se destaca que las actividades musicales grupales favorecen el bienestar psicológico y la integración social. Tras años de aislamiento, eventos como el UQ Góspel ayudan a reactivar la vida colectiva en los campus universitarios, promoviendo la resiliencia y el sentido de comunidad.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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