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La Laguna de San Diego, situada en Caldas y reconocida tanto por su atractivo turístico como por su importancia ecológica, enfrenta una emergencia ambiental tras la muerte de cerca de cuatro mil peces adultos, principalmente tilapias, registrada desde el 18 de septiembre de 2025. Este fenómeno llevó a la implementación del cierre temporal del área y a la prohibición de actividades acuáticas, en busca de contener riesgos sanitarios y resguardar la integridad del ecosistema. Así lo estableció la Resolución 2025-1362 del 9 de octubre de 2025, que responde a la gravedad del evento y a la necesidad de estudios adicionales sobre el origen de la mortandad.
Corpocaldas, autoridad ambiental de la región, dirige actualmente indagaciones técnicas fundamentadas en análisis fisicoquímicos, microbiológicos y detección de metales pesados en el agua. Los informes preliminares apuntan a alteraciones en los parámetros ambientales o la presencia de posibles patógenos como desencadenantes. Destaca también que la laguna, clasificada desde 2011 dentro de un Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI) por sus 757 hectáreas bajo protección especial, es monitoreada debido a sus características volcánicas, actividad fumarólica y aguas termales, aunque hasta ahora no se confirma que la emisión de gases sea responsable directo de la crisis, según fuentes oficiales.
En el plano ecológico, la afectación documentada se limita hasta el momento a peces adultos, sin evidencias de consecuencias inmediatas en otros grupos de fauna silvestre como nutrias, cormoranes, guaguas y armadillos. Sin embargo, la vigilancia constante es indispensable para evaluar las secuelas sobre la biodiversidad y sobre los servicios ambientales claves que ofrece la laguna, tales como la regulación hídrica y el hábitat especializado. Investigaciones del Instituto Geológico Colombiano (2024) sobre lagos volcánicos con actividad termal resaltan que variaciones en pH, temperatura y concentraciones de metales pesados suelen incrementar el riesgo para la fauna acuática, por lo que San Diego requiere un control ambiental meticuloso y permanente.
El impacto trasciende lo ambiental: las consecuencias sociales y económicas ya se evidencian en las comunidades ribereñas que dependen del turismo y la pesca. Según declaraciones de Jorge Alexander Castellanos, guía turístico local, la mortandad de peces ha generado olores desagradables y contaminación que han ahuyentado visitantes y sembrado preocupación entre los habitantes. La Alcaldía de Samaná, en respuesta, ha suspendido toda actividad turística y anuncia respaldos para los afectados, subrayando la urgencia de políticas integrales que combinen mitigación ambiental y asistencia social en este contexto de emergencia ambiental.




En mayor perspectiva, la muerte masiva de peces en cuerpos de agua puede estar asociada con mucho factores, incluidas la contaminación por vertimientos agrícolas o industriales, alteraciones rápidas de la temperatura, proliferación de microorganismos patógenos o cambios naturales y humanos en la calidad del agua. La memoria anual de la Autoridad Ambiental Regional de Antioquia documenta eventos parecidos vinculados al aumento de sustancias tóxicas y nutrientes en lagos, lo que puede desencadenar floraciones de algas nocivas y afectaciones generalizadas a la fauna acuática. Además, estos episodios reflejan limitaciones persistentes en la gestión ambiental de ecosistemas vulnerables, donde confluyen presiones humanas, cambio climático y carencias en infraestructura de control.
Frente a este escenario, expertos en biología, geología, salud pública y sociología insisten en la articulación multidisciplinaria y el acceso a plataformas como NINA del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), que cruzan datos oficiales y de campo para identificar tendencias y comprender mejor las causas subyacentes. Como recomiendan manuales especializados en periodismo ambiental, la transparencia, la consulta de fuentes técnicos y la utilización de datos verificables son indispensables para una cobertura sólida y una formulación responsable de medidas de prevención y mitigación ante crisis ambientales.
En suma, la coyuntura de la Laguna de San Diego enfatiza la necesidad de estrategias preventivas y de monitoreo continuo, así como la importancia de atender también el componente socioeconómico de las emergencias ambientales. Solo mediante esfuerzos coordinados y el fortalecimiento del periodismo investigativo será posible avanzar hacia la protección sostenible de recursos naturales fundamentales para el bienestar regional.
¿Cuáles son los posibles impactos a largo plazo en la biodiversidad local tras la mortandad de peces? La inquietud sobre las consecuencias en la biodiversidad es pertinente, especialmente considerando que, aunque hasta ahora la afectación se limita a peces adultos, la conexión ecosistémica podría llevar a impactos indirectos en otras especies. Alteraciones en la cadena trófica, disminución de presas disponibles y cambios en la calidad del agua pueden afectar tanto a especies silvestres residentes como a poblaciones migratorias. El seguimiento continuo del entorno es clave para identificar posibles repercusiones y desarrollar planes de restauración acordes a las necesidades ambientales de la laguna.
Igualmente, la salud de la laguna está ligada a los servicios ambientales que ofrece, como el mantenimiento del equilibrio hídrico y la provisión de hábitats para fauna diversa. Una disminución sostenida en la diversidad biológica puede generar efectos negativos en estos servicios, repercutiendo también en dinámicas socioeconómicas y en posibilidades futuras de recuperación ecológica del ecosistema.
¿Por qué es importante la transparencia y el acceso a datos en crisis ambientales? La transparencia informativa resulta fundamental para asegurar la confianza pública y la eficacia de las decisiones tomadas durante crisis ambientales. Cuando los datos y estudios se encuentran abiertos y verificables, distintas entidades y la ciudadanía pueden participar en los procesos de control social y en la formulación de soluciones documentadas y responsables. En el caso de la Laguna de San Diego, tanto plataformas digitales especializadas como la consulta de informes oficiales permiten identificar patrones, hallar soluciones pertinentes y evitar la propagación de información errónea.
La experiencia sugiere que el monitoreo abierto, la participación de múltiples disciplinas y la divulgación de hallazgos técnicos favorecen respuestas más rápidas y medidas de prevención efectivas. Así, la gestión ambiental puede avanzar en términos de sostenibilidad y resiliencia, considerando no solo el componente ecológico, sino también el bienestar social y económico de las comunidades afectadas.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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