John Alejandro Aguirre Fajardo, quien en el mundo artístico es conocido como Gali, ha trazado un camino singular en el Quindío al emplear el teatro no solo como una forma de expresión, sino también como un instrumento de transformación social. Durante más de veinte años, su labor como formador actoral y dramaturgo se ha caracterizado por un enfoque en realidades frecuentemente silenciadas, tales como el suicidio y la depresión. Gali no considera el escenario un simple espacio para representar historias; lo concibe como un territorio de compromiso con situaciones sociales complejas que impactan profundamente a los jóvenes y a las comunidades vulnerables.
Su ingreso al teatro surgió como una consecuencia inesperada de su timidez infantil, cuando descubrió en la actuación una vía de comunicación alternativa. Este hallazgo pronto adquirió dimensiones sociales, especialmente cuando empezó a trabajar en instituciones educativas como Rufino Sur. Allí, su contacto diario con estudiantes inmersos en contextos de violencia y pobreza lo convenció del poder transformador del arte. De este modo, el teatro se convirtió para Gali en una herramienta de acompañamiento y conciencia, mediante funciones especialmente dirigidas a quienes enfrentaban condiciones adversas, según lo describe en reportajes sobre su trabajo.
Una de las experiencias que marcó su carrera fue la colaboración con Save the Children y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) tras el devastador terremoto de Armenia en 1999. Este proyecto empleó el teatro como estrategia de terapia psicoafectiva para niños y adolescentes afectados, poniendo en evidencia la importancia de la expresión artística en procesos de sanación y reconstrucción social. Investigaciones recopiladas en el American Journal of Art Therapy (2016) refuerzan la idea de que la terapia dramática tiene efectos positivos en la recuperación emocional durante situaciones de crisis.
Entre las obras más notables de Gali se encuentran “Jugando a la guerra”, “Hijos de la calle” y “Cambiando zapatos”. No obstante, el mayor reconocimiento llega con su reciente “Pata de elefante”, pieza que explora directamente la problemática del suicidio y la depresión. El origen de esta obra responde tanto a su experiencia personal como a la urgente necesidad de visibilizar estas enfermedades, en un contexto donde la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que afectan a cientos de miles de personas y representan un grave riesgo para la juventud global.




El impacto de “Pata de elefante” reside en su capacidad de propiciar una empatía real hacia quienes padecen depresión, y al mismo tiempo educar al público sobre la relevancia de una aproximación responsable a la salud mental. La participación de psicólogos durante las presentaciones subraya un enfoque interdisciplinario, alineado con recomendaciones de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA), que señala la importancia de cuidar el impacto en las audiencias al abordar temas sensibles como el suicidio.
Gali ha señalado que el teatro le ha enseñado a escuchar y comprender mundos generalmente ignorados, viéndose a sí mismo como un facilitador de ayuda a través del arte. Esta postura refuerza la función del teatro como puente entre realidades invisibilizadas y la sociedad, otorgando voz a quienes, de otro modo, permanecerían en el anonimato.
El trabajo de Gali en el Quindío refleja una tendencia internacional que reconoce el teatro social y comunitario como elemento crucial en la transformación cultural y educativa. Medios como The New York Times y El Espectador han resaltado cómo estas prácticas, cuando surgen del compromiso ético y la conciencia social, pueden estimular la reflexión y contribuir tanto a la prevención como a la sanación en torno a asuntos que afectan a diversos sectores de la población.
En definitiva, la trayectoria de John Alejandro Aguirre Fajardo demuestra que el arte, en manos de quienes lo entienden como responsabilidad social, tiene la capacidad de generar espacios de solidaridad, promover sanaciones colectivas e influir positivamente en la prevención de problemáticas de salud mental, validando su papel trascendental en la vida de las comunidades.
¿Cómo contribuye la presencia de psicólogos en las obras teatrales como “Pata de elefante”? La incorporación de psicólogos durante las funciones de teatro social tiene el propósito de ofrecer un acompañamiento profesional tanto al público como a los actores, especialmente ante temas sensibles como el suicidio y la depresión. Este respaldo proporciona orientación y apoyo emocional, permitiendo abordar inquietudes de quienes puedan sentirse directamente afectados por el contenido de la obra y promoviendo así una experiencia de cuidado colectivo e informado.
Según expertos citados por la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) y avalados por reportajes especializados, la intervención interdisciplinaria en espacios artísticos garantiza que la discusión sobre salud mental se desarrolle en un ambiente seguro y educativo. Ello ayuda a prevenir el surgimiento de estigmatización y a fomentar actitudes de respeto, comprensión y apertura en torno a estos temas dentro del público general.
¿Qué significa “teatro social” y por qué tiene impacto en comunidades vulnerables? El teatro social se define como una corriente artística orientada a abordar problemáticas colectivas, generando conciencia y propiciando espacios de diálogo en torno a ellas, tanto entre los participantes como en el público. A diferencia del teatro comercial, el teatro social prioriza el contenido temático sobre la forma, utilizando la escena para iluminar historias que suelen estar marginadas o invisibilizadas en la agenda pública.
El impacto que el teatro social tiene en comunidades vulnerables radica en su capacidad de reflejar sus realidades, ofrecer reconocimiento de sus anhelos y dificultades, y movilizar procesos de sanación colectiva. Las fuentes especializadas citadas subrayan que esta modalidad artística refuerza la autoestima comunitaria y estimula reflexiones profundas, contribuyendo así a la transformación positiva de los entornos donde se desarrolla.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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