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El arcoíris es un fenómeno óptico que se produce cuando la luz del sol atraviesa gotas de agua suspendidas en el aire y se refracta, descomponiéndose en diferentes colores que forman un espectro visible en el cielo.
Para que aparezca un arcoíris, se necesitan tres elementos clave: luz solar, gotas de agua en suspensión en la atmósfera y un observador ubicado en la posición adecuada para ver el fenómeno.
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Cuando la luz del sol atraviesa las gotas de agua, se descompone en colores que van desde el rojo hasta el violeta, creando el arcoíris característico en forma de semicírculo.
El ángulo de refracción y reflexión de la luz en las gotas de agua determina el tamaño, la forma y la intensidad del arcoíris, así como la ubicación del observador con respecto al sol y las gotas de agua.
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Aunque los arcoíris suelen formarse después de la lluvia, también pueden aparecer en otras condiciones, como en la niebla, en la pulverización de una cascada o en la niebla de una fuente.
*Este artículo fue escrito y curado por periodistas del equipo de Robby Bienestar, con apoyo de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto.
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