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Santa Laura Montoya es una figura relevante en la historia religiosa de Colombia. Nacida el 26 de mayo de 1874 en Jericó, Antioquia, es conocida por su dedicación a la educación y la evangelización de las comunidades indígenas. Fundó la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, una orden religiosa que se comprometió a llevar el mensaje cristiano a las poblaciones indígenas marginadas y brindarles educación.
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Su labor se centró en mejorar las condiciones de vida de los indígenas y promover su dignidad. Santa Laura Montoya murió el 21 de octubre de 1949. En 2013, el Papa Francisco la canonizó, convirtiéndola en la primera santa colombiana.
La Iglesia Católica la reconoció por su caridad, devoción, y el profundo impacto que tuvo en la vida de las comunidades indígenas y marginadas en Colombia. Su vida y obra la convierten en un modelo de servicio desinteresado y dedicación a los menos privilegiados, y es una fuente de inspiración para muchas personas en Colombia y en todo el mundo.
Oración a la Madre Laura Montoya: la primera santa colombiana
“Querida Madre Laura, hoy me encuentro ante ti con un corazón rebosante de gratitud y admiración. Tu vida y obra han sido un faro de luz y amor que ha iluminado el camino de innumerables personas en todo el mundo. Tu dedicación incansable a la educación y evangelización de las comunidades indígenas ha dejado una huella imborrable en la historia de Colombia y en el corazón de quienes te conocen.
Madre Laura, tu valentía y compasión al enfrentar las adversidades y trabajar incansablemente por aquellos que son marginados y olvidados, es un ejemplo que inspira a todos nosotros. Tu compromiso con la dignidad y los derechos de los indígenas ha sido un faro de esperanza en un mundo a menudo marcado por la desigualdad y la injusticia.
Hoy, en este momento de oración, te agradezco por tu vida de servicio desinteresado y amor incondicional. Pido que nos guíes con tu sabiduría y nos ayudes a seguir tu ejemplo, comprometiéndonos a mejorar la vida de los menos afortunados y trabajando por un mundo más justo y compasivo.
Santa Laura ruega por nosotros para que podamos llevar adelante tu legado de amor y servicio, y que, a través de nuestras acciones, podamos honrar tu memoria y seguir transformando vidas de la manera en que lo hiciste durante tu vida terrenal. Amén.”
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*Este artículo fue escrito y curado por periodistas del equipo de Robby Bienestar, con apoyo de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto.
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