Lo que más preocupa a los dueños de mascota es lo que va a pasar cuando todos volvamos a las oficinas de manera presencial y tengan que desplazarse a sus lugares de trabajo, lo que significa que sus peludos estarán en casa nuevamente solos y les dedicarán menos tiempo.

Pero, ¿cómo volver a la normalidad sin que afecte psicológicamente a nuestros más fieles amigos? Estas son algunas recomendaciones para empezar unos días antes de que retomemos la vida laboral, con el objetivo de atender factores de riesgo y así avanzar hacia un regreso más tranquilo que no afecte la cotidianidad con nuestras mascotas y nos libere de preocupaciones.

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1. Observe la relación con su perro

Lo primero que debemos hacer es revisar muy bien el comportamiento de nuestros peludos hacia nosotros para identificar qué tipo de relación hemos estado construyendo con ellos durante los días de la cuarentena obligatoria, de esta manera será más fácil reconocer lo que no anda bien y entablar o reestablecer una relación sana, de afecto y compañía, donde el perro guste de compartir espacios con nosotros, pero también disfrute de su independencia.

2. Mejora el vínculo

Es fundamental crear estructuras de comunicación, aprendizaje y jerarquía con nuestro peludo, donde estemos seguros que comprende lo que esperamos de él, siga nuestras solicitudes y reciba constante estimulación. La enseñanza de comandos permitirá que tengamos más control sobre su conducta, mejorará su atención y aumentará la producción de dopamina en su cerebro, activando zonas de placer que lo mantendrán motivado, además, le permitirá compartir un espacio sano de compañía con nosotros.

3. Recompénsalo adecuadamente

Cuando premiamos a nuestros perros les estamos indicando que nos gusta de su comportamiento y que deseamos que se repita. Sin embargo, no en todas las situaciones se debe hacer de la misma forma, debemos tener claro cuál es la actitud que esperamos de nuestro perro antes de compensarlo. Si deseamos premiar la calma debemos usar palabras suaves, caricias cortas o recompensas apetitivas que lo hagan sentir bien pero que no lo saquen alejen de la tranquilidad; si por el contrario deseamos aumentar su actividad y exaltar sus momentos felices la recompensa deberá ser más efusiva y solo se brindará cuando estas manifestaciones conductuales se hagan presentes.

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4. Estimula su independencia

Lograr que nuestro peludo encuentre placer en sus juguetes y pueda entretenerse solo nos permitirá ver que no está deprimido y que no se está generando un apego que pueda afectar la convivencia en casa. A esta experiencia de felicidad debemos sumarle la continua compensación de estados de calma saludables, donde premiaremos su tranquilidad en situaciones que no esté con nosotros, siempre que esto se deba a momentos donde pueda disfrutar del ocio, del descanso y de la relación consigo mismo y no de la evasión de la socialización con quienes le rodean.

5. Retoma las rutinas: 

Otro punto importante será el construir o reanudar costumbres, procurando gradualmente que la hora de alimentación, juego y salidas sean en horarios lo más parecidos a los que tendrá cuando regresemos a nuestras labores fuera de casa, pues con esto estaremos preparando a nuestro perro para una buena adaptación.

Recordemos que las rutinas en los perros generan seguridad en lo que pueden esperar cada día y esto hace más fácil integrar espacios específicos para compartir con nuestro peludo, situación que favorecerá la activación si es un perro con síntomas depresivos, pero también será un gran paso para regular a los que sufren de apegos y ansiedades, esto les indicará que hay espacios para compartir y jugar a nuestro lado y otros en los que requerimos ocuparnos de otras cosas.

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6. Incentiva la gestión emocional

Regresar a la normalidad implica enfrentar a nuestros peludos a miles de estímulos a los que ya estaba desacostumbrado, por lo cual será fundamental que vayamos acercándolo a todo de manera progresiva. Si notamos que algún proceso se le está haciendo difícil debemos ser pacientes, recompensar con estímulos concretos aun sus más pequeños avances y hacer introspección de nuestras propias emociones para ver cómo estas están incidiendo en su comportamiento.

Una excelente herramienta será generar juegos controlados en casa, donde tomaremos cada día un espacio y tiempo específico con nuestro perro, esto será beneficioso para ambos, pues le permitirá relacionarse mejor con nosotros, evitará que caiga en situaciones compulsivas por aburrimiento y estimulará la secreción de serotonina y oxitocina (neurotransmisores relacionados con la felicidad y el amor) en su cerebro. Si lo hacemos de manera adecuada lograremos procesos de “on-off” con nuestro perro donde entienda sus momentos de activación y aprenda a controlar las emociones para poder volver a la calma.

Sin embargo, todos los perros son diferentes y manifiestan su comportamiento de acuerdo a sus personalidades, por lo cual el tratamiento ante los problemas conductuales o de los trastornos obsesivos compulsivos, será específico para cada uno y deberá estar apoyado y acompañado por profesionales en educación canina o etología, pero, seguir estas recomendaciones sin duda, serán de gran ayuda para que la relación con su mascota no se vea afectada por la situación que estamos viviendo y a los cambios de rutinas a los que nos hemos enfrentado por la llegada del coronavirus al país.