Durante la lactancia pueden presentarse casos particulares en los que las mamás necesitan usar pezoneras, sin embargo, esta recomendación debería venir de un médico o experto en lactancia que pueda analizar si realmente las necesitamos, ya que no todos los casos son iguales y podemos tener un diagnóstico distinto.

Te contamos lo que debes saber sobre las pezoneras, cómo utilizarlas, lo que debemos tener en cuenta para usarlas y en qué situaciones suelen recomendarse.

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¿Qué son las pezoneras?

Es un instrumento de lactancia que se adapta a la forma del pezón y la areola de la madre, con el fin de ayudar en el agarre del bebé en el momento en que está siendo amamantado. Estos elementos están fabricados en silicona y son blandas y finas para que sean fáciles de manipular.

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Si las pezoneras son usadas de manera correcta, la producción de leche no debería verse alterada, ya que sigue dependiendo de la demanda del bebé.

Aunque los expertos confirman que pueden ser un elemento útil en un momento puntual, pero debe ser recomendado y guiado por un médico o experto en lactancia.

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¿Cuándo utilizarlas?

Si empiezas a sentir que hay problemas durante la lactancia lo más recomendable es acudir con tu doctor o asesor de lactancia para que te ayude a determinar qué es lo que pasa y te guíe a la hora de proceder para usarlas de manera correcta.

Estas son algunas de las situaciones en las que podría recomendarse su uso, aunque como decimos, cada caso debería ser estudiado de manera particular por un profesional:

  • Problemas de agarre: cuando el bebé tiene problemas para aprender a mamar, la pezonera puede ayudarle a agarrarse mejor. También pueden ser útiles en los bebés con frenillo lingual corto, a quienes les cuesta engancharse al pezón.
  • Rechazo al pecho: cuando se inicia la lactancia mixta se dan los casos en que el bebé comience a rechazar el pecho por lo que su alimentación podría quedar incompleta. En esos casos, el uso de pezoneras podría ayudarle a aceptarlo más fácilmente por la textura similar a la del chupo.
  • Bebés prematuros: cuando un bebé nace de manera prematura no tiene mucha fuerza para succionar, por lo que las pezoneras pueden ser un gran aliado, que les aporta un estímulo en el paladar que ayuda a succionar de manera más sencilla.
  • Grietas en el pecho: después de algunas semanas de haber iniciado la lactancia hay madres que podrían empezar a tener grietas con dolor, por lo que las pezoneras pueden ayudar mientras el cuerpo se recupera. Es importante identificar por qué se han producido las grietas para buscarles solución y evitar que vuelvan a aparecer.

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¿Qué tener en cuenta a la hora de usarlas?

  • Elegir el tamaño adecuado

No todas las pezoneras tienen el mismo tamaño, por lo que encontrarás diferentes tallas y modelos en el mercado para que elijas las que sean más efectivas, al tener más posibilidades de seleccionar la que mejor se adapte a nuestro pecho.

Si la pezonera es muy pequeña para el pezón, habrá un roce contra la pared del capuchón que puede causar dolor y heridas. Si, por el contrario, la pezonera es demasiado grande, irritará la areola y causará molestias.

  • El material

Las diferentes entidades de salud internacional recomiendan utilizar pezoneras que sean lo más finas posible, para que su interferencia en la lactancia sea la mínima.

Aunque el material suele ser muy duradero, debes cambiarlas en cuanto notes algún signo de deterioro.

  • Higiene

Debes esterilizar las pezoneras antes de su primer uso, pero a partir de ese momento ya no será necesario hervirlas a diario. Es importante mantener una correcta higiene lavándolas a fondo con agua y jabón cada vez que las usemos, asegurándonos de que no queda ningún resto de leche.