Hace unos días se viralizó la noticia de que una mujer embarazada, que iba camino a un hospital a dar a luz, desapareció. El hecho, ocurrido en Perú, rápidamente era el tema central de todos los noticieros de ese país.
Se trataba de Gabriela Sevilla, de 30 años, quien a bordo de un taxi llamó a sus padres para decirles que ya estaba en trabajo de parto y que iba camino a un hospital. Cuando los familiares de la mujer llegaron al centro médico, ella no estaba. En medio de su desesperación, los papás avisaron a las autoridades, quienes de inmediato iniciaron la búsqueda.
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Sin embargo, el trabajo investigativo duró poco porque Sevilla apareció, al otro día, en una clínica distinta. Hasta ese sitio llegaron sus familiares y la Policía, quienes se percataron que la mujer estaba sin su bebé. Al interrogarla, Gabriela Sevilla les contó que después de hablar con sus padres no recordaba nada, y que al despertar al día siguiente ya no tenía a su niña, a quien llamaría Martina.
Las autoridades creyeron que se estaban enfrentando a un caso de trata de personas, pero sus especulaciones cambiaron luego de que los médicos les indicaran que al revisar a Sevilla concluyeron que no había signos de haber estado embarazada o haber dado a luz.
Poco después, la prensa peruana pudo confirmar que la pareja de la supuesta embarazada, Ramiro Gálvez Ramírez, había confesado en la División de Investigación de Personas Desaparecidas que al ver que su novia ya había cumplido nueve meses y tres semanas de gestación y no tenía indicios de dar a luz, comenzó a sospechar que algo sucedía.
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El hombre buscó las constancias de los supuestos médicos a los que ella había ido para su control, y descubrió que todas eran falsas. De hecho, uno de los galenos le indicó que sí la había recibido unos meses atrás, pero para otro tipo de consulta.
Gálvez Ramírez dedujo que Sevilla inventó el embrazo para que él regresara con ella, ya que la relación había terminado. Ante esto, Ramiro la confrontó y un día después ella desapareció.
“Ellos conviven desde el mes de junio, antes de convivir tuvieron una etapa de enamorados la cual terminaron, pero al enterarse de que se encontraba embarazada volvieron a retomar la relación”, señaló Samuel Sevilla, padre de la implicada, a los medios.
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Sevilla reafirmó ante los medios de comunicación que sí estaba embarazada luego de que el ministro del Interior, Willy Huerta, desmintiera públicamente esa versión.
Por ahora, la Fiscalía y la Policía siguen investigando este caso. Además, se conoció que algunos especialistas señalan que podría enfrentarse a una pena privativa de la libertad por atentar contra la fe pública, aunque otros aseguran que de comprobarse que padece alguna patología mental, quedaría exonerada.
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