Edison Tobón nació hace 24 años en Medellín, es el menor de cinco hermanos y creció en la pobreza, así como más del 42 % de los colombianos. Nunca creyó que su realidad y su historia de escasez serían también la pauta que marcaría su futuro.

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De niño era retraído, tímido y callado. Quizás su situación de pobreza y el abandono de su padre cuando apenas tenía dos meses de nacido, lo hicieron un niño apaciguado y de poca confianza en sí mismo. En el colegio no era el más destacado, no le gustaba estudiar, pero en su adolescencia afloró un gusto especial por la música.

Martha Tobón, su madre e inspiración, ha sido su ejemplo de perseverancia en la vida. A pesar de no tener posibilidades económicas y de ser la cabeza del hogar, siempre buscó la mejor manera de criar a sus hijos y que tuvieran comida en la mesa.

“Mi mamá siempre vendía algo para sacarnos adelante y poder pagar las cuentas”, recuerda Edison. En ese “rebusque” de oportunidades Martha también reciclaba por las noches, y Edison, junto con sus hermanos, la acompañaba en esta labor.

Desde los seis años Edison comenzó a reciclar y lo hizo por catorce años. “Lo que más disfrutaba era subirme al camión de la basura y tocar la campana, me acuerdo que la gente nos regalaba ropa y nos daba comida”. Así, Edison vivía dos vidas paralelas, como él mismo lo dice, iba a un colegio público en las comunas de Medellín y en las noches trabajaba.

Pese a que sus compañeros de colegio tampoco vivían en la abundancia, le daba vergüenza decir que reciclaba y lo mantenía en secreto. No quería que se burlaran de él o ser rechazado. Cuando llegaba la noche, se echaba el costal al hombro y empezaba a separar los tarros, las botellas y el papel, para luego venderlos junto a su madre.

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En esa misma época, el mayor de sus hermanos, Mauricio, y quien fue siempre su figura paterna, le ofreció un trabajo en una pequeña tapicería que logró montar con esfuerzo. De esta manera, entre el reciclaje y lo que ganaba en la tapicería, ayudaba también a su madre con los gastos de la casa.

A los 15 años, y motivado por la música, ingresó a la banda de su colegio, con su tesón y curiosidad por la vida, empezó a aprender a tocar la lira y en pocos meses desarrolló el nivel que necesitaba para participar en concursos nacionales.

El haber participado en la banda lo llevó a conocer a uno de sus compañeros, que viendo su talento y rapidez para aprender, le mencionó que quería presentarle un negocio. Luego de tres intentos fallidos, en los que Edison le respondía inventando alguna excusa para salir del paso, finalmente, y por pena de salir de nuevo con evasivas, aceptó encontrarse con él en un centro comercial de Medellín y escuchar la propuesta de negocio.

¿Cómo empezó a cambiar la vida de Edison?

Ingresó a un salón del centro comercial y empezó a escuchar sobre un modelo de negocio que no entendía, por primera vez oyó hablar de la compañía de venta directa Amway, de ingresos residuales, de lograr puntos a través de la venta de productos y construir un equipo de personas que hicieran lo mismo que él. No entendía bien lo que su amigo le contaba, pero lo que le hizo tomar la decisión y animarse en el momento, fue escuchar que podría jubilar a su madre si realmente trabajaba con enfoque.

Con lo que había acabado de escuchar, un deseo de superarse y de devorarse el mundo lo invadió. Sin embargo, este impulso le duró poco. Una vez le contó a su madre de la oportunidad que supuestamente los haría salir de la situación en la que vivían, ella tajantemente le dijo que no tenía las habilidades ni los contactos para vender productos. Al otro día su amigo lo contactó para preguntarle si tenía dudas de todo lo que había escuchado y concretar cuándo iniciaría, pero Edison, ya desanimado por lo que su madre le había dicho, le comentó que lo había pensado y que mejor no haría el negocio.

En ese momento, cuenta Edison, su amigo le hizo una pregunta que lo confrontó y lo hizo aceptar la propuesta: ¿la vida que tiene su mamá es la que usted sueña tener? Ese fue el punto de partida para iniciar su transformación, empezó a leer habitualmente libros de liderazgo, a escuchar audios de empresarios que han triunfado en el negocio, a tener una mentalidad de crecimiento, y a educarse.

Así como empezó a ver los frutos de su esfuerzo y como comenzó a inspirar a otras personas que como él, tenían el sueño de salir adelante desafiando su entorno.

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Oírlo en eventos, conferencias y audios es inspirador, de aquel niño tímido queda muy poco. A pesar de su edad, lidera un equipo de 100 personas. Su actitud arrolladora e historia de tenacidad y superación ha emocionado e inspirado a muchos, quienes hoy lo admiran por el ejemplo en el que se ha convertido, incluso para su hermano mayor, quien ahora sigue sus pasos.

Edison cumplió el sueño de darle una mejor vida a su madre. Cuando tuvo sus primeras ganancias cambió algunos muebles y llenó la nevera. En el momento en que su negocio fue creciendo, dejaron la casa en la que vivieron toda su vida, atrás quedó la humedad de las paredes y las cucarachas que se filtraban por donde podían.

Dos años después, y por seguir en ascenso en el negocio, se hizo acreedor de un viaje a Cartagena, era la primera vez que iba al mar y como acompañante llevó a su madre, quien nunca antes había montado en avión. Luego llegó otro reconocimiento, un evento de liderazgo en Punta Cana. Hoy Edison es imparable, y ahora su madre le ayuda también a vender y a conseguir más clientes.

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En palabras del propio Edison, “los problemas vienen envueltos en papel de regalo, está en cada uno convertir una situación difícil en una oportunidad y poder cambiar totalmente la vida y el entorno de otro”.

Él nunca se dio por vencido, soportó burlas y comentarios mal venidos, y aún así continuó adelante confiado en que si otros habían tenido éxito ¿por qué él no podría también tenerlo?

Su próximo anhelo es construir la casa de sus sueños en un pequeño terreno que compró y seguir su camino de vida, pero sobre todo continuar inspirando a tantas personas que como él, quieren cambiar su historia y no se conforman con su realidad.