Once años después de su primera competencia, este bogotano, más conocido como ‘pequeño Andrés’ por sus 1,67 cm de estatura, logró llegar a la competencia organizada por la Federación Mundial de Baile Deportivo como representante de la primera selección de danza urbana acreditada por Coldeportes, relató Semana.

En declaraciones a dicha Revista, su mamá que hizo lo posible para sacarlo adelante junto con sus otros tres hermanos, mencionó que “creía que la danza iba a ser solo un pasatiempo, pero con los años me sorprendió ver hasta dónde lo ha llevado”.

En el año 2000, Andrés jamás imaginó que esa curiosidad por el ‘break dance’ que le generó una transmisión de Hip Hop al Parque, y que lo motivaría a aprenderlo con el maestro de su tío, lo trasladaría ocasionalmente desde la casa de sus abuelos en el barrio La Paz, hasta varios países como México, Brasil y Estados Unidos.

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No acaba de pasar su más reciente torneo en China y ya tiene en la mira las Olímpiadas de París en 2024, gracias a que esta práctica fue reconocida como deporte olímpico en 2018.

Gracias al efecto que tuvo el ‘break dance’ en su vida, pues solía estar en la calle hasta la 1 a.m. y tenía mala conducta con su familia, decidió fundar, de la mano de su agrupación Murderouz Crew, una escuela para transmitir sus conocimientos a 32 niños en su localidad.

Encontrar apoyo no ha sido fácil y muchas veces tiene que rebuscársela para conseguir un espacio donde entrenar, sin embargo, Lil Drez ha aprendido a superar las adversidades como por ejemplo cuando se fracturó la muñeca en una exhibición tuvo que adaptar su estilo para bailar de manera tal que no le doliera tanto la lesión cuyas secuelas permanecieron con los años.

Además de su proyecto social, actualmente es atleta avalado por Coldeportes y también profesor de baile del Instituto Distrital de las Artes (Idartes).