El manejo integral del picor (comezón) cutáneo, ha de ser el objetivo básico del médico, una vez ha establecido un correcto diagnóstico a su paciente. Esto será después de un exhaustivo acopio anamnésico, de un metódico y detenido examen clínico general y el dermatológico puntual, efectuado por un especialista.

Ya que si bien es cierto, el prurito es el signo clínico más prevalente en la enfermedad cutánea de origen alérgico, no se puede soslayar y en contrario se debe tener muy presente, que, no todo paciente perro o gato, que expresa picor mediante alguna de las variadas formas de mitigarlo (rascado, mordido, lamido, macerado, frotado, sacudidas de cabeza, “trineo”), es exclusivo indicador de enfermedad alérgica, debiendo haber descartado previamente la posibilidad de otras enfermedades primarias (inflamatorias o infecciosas diversas) causantes o agravantes del prurito.

El diagnóstico es eminentemente clínico, el propietario será debidamente advertido y el médico se cerciorará, que este ha comprendido la característica crónica e incurable de la enfermedad alérgica de la piel, teniendo en cuenta que realizado el diagnóstico, será determinante el trabajo integrado (propietario-médico), una alianza que redundará en mejor calidad de vida para la familia en general.

El tratamiento para estos pacientes no puede ser unimodal, no se pueden esperar respuestas adecuadas frente a la aplicación e implementación de medidas de manejo o principios farmacológicos aislados, no pueden ser temporarias, han de ser permanentes y de largo plazo, ya que no existen “soluciones mágicas”, sin olvidar que los profesionales de la medicina, somos solo eso: Médicos, “ni dioses, ni magos, ni humoristas”.

Por todo ello, la mancomunada labor médico-propietario es fundamental y la respuesta esperada a la terapia prescrita e instaurada, dependerá en gran parte del apego a las recomendaciones y el cumplimiento por parte del propietario, pues los Médicos lo ayudamos, para que este le ayude a su perro.

Así, una vez establecido un diagnóstico de enfermedad alérgica cutánea, el médico impartirá las instrucciones terapéuticas individuales y más adecuadas para cada paciente, teniendo en cuenta que, se trata de un desequilibrio en el sistema de defensa del organismo (inmunológico), que ocasiona primariamente comezón (prurito) debido a una compleja interacción entre el sistema nervioso y el sistema inmune.

Es claramente, una enfermedad cutánea inflamatoria crónica, influenciada por la genética y detonada por factores ambientales, con características clínicas propias en cada paciente, incluyendo los microorganismos huéspedes de la piel en cada perro y en cada área de su piel, (microbioma).

La terapia, como lo hemos enunciado será siempre MULTIMO-DAL, esto quiere decir que con ella, el médico pretende múltiples objetivos: buscará mejorar y/o modular el desequilibrio inmune, las alteraciones sensitivas (prurito), controlar la inflamación e intentar restaurar los defectos estructurales (anatomo-fisiológicos) de la barrera cutánea en el paciente hipersensible.

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La piel de estos pacientes está alterada en su ecología, haciéndolos proclives a las infecciones recurrentes, además porque, sus mecanismos innatos de defensa son también deficientes, ante lo cual fácilmente microorganismos oportunistas se reproducen anormalmente. Entre ellos están, levaduras y bacterias.

En resumen, los propietarios estarán debidamente informados, dispuestos y preparados para aplicar las recomendaciones hechas por el facultativo, pues la terapia en los pacientes con enfermedad alérgica cutánea (controlable y hasta hoy incurable) nunca podrá ser única o aislada, será siempre de cubrimiento y espectro MULTIFACTORIAL, e incluirá todos los aspectos involucrados en su Bio-patogenia, a saber:

  1. Optima nutrición, suministrando alimentos balanceados, que aporten además proteínas de alto valor biológico. Evitando aquellos a los cuales el individuo haya sido comprobadamente alérgico.
  2. Eficiente, adecuado y permanente (no esporádico) control de Pulgas y Garrapatas, para TODOS los animales que convivan con el paciente alérgico.
  3. Suministro de suplementos de ácidos grasos esenciales – (AGEs), como antiinflamatorios (per-os y/o también tópicos).
  4. Evitar o al menos minimizar la exposición ambiental a potenciales alérgenos.
  5. Terapia tópica (baños) con formas galénicas que contengan los principios activos requeridos, con la frecuencia indicada y acorde con la condición cutánea de cada paciente.
  6. El uso de antihistamínicos, bloqueadores H1 de primera generación, será a criterio y experticia del especialista, acorde además con cada paciente.
  7. Fundamental será siempre el control del PRURITO, evitando el daño cutáneo aditivo, autoinflingido y perpetuante del ciclo: PICOR, TRAUMA, INFLAMACION, INFECCION, que se repite.

Dr. Laureano Rodriguez Beltran

Doctor en Medicina Veterinaria – Universidad Nacional de Colombia. Area de Especialidad – DERMATOLOGIA Canina y Felina. Socio Fundador y Miembro Pleno – “SLDV” – Sociedad Latinoamericana de Dermatología Veterinaria.