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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 6, 2025 - 8:32 am
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El síndrome del túnel carpiano (STC) representa una de las neuropatías por compresión más frecuentes en la población mundial y se origina cuando el nervio mediano, ubicado a nivel de la muñeca, se ve comprimido al atravesar el túnel carpiano. De acuerdo con el cirujano plástico y de mano Juan David Hoyos Restrepo, el STC puede afectar hasta al 10% de las personas, predominando en mujeres, quienes presentan tres veces más probabilidades que los hombres de desarrollarlo. Los síntomas más habituales son adormecimiento, hormigueo nocturno, dolor localizado y, en casos avanzados, debilidad o atrofia muscular, lo que compromete gravemente la capacidad funcional de la mano y, por ende, la calidad de vida del paciente.

El dolor y el entumecimiento asociados al síndrome suelen presentarse en el pulgar, índice y dedo medio, incrementándose especialmente durante la noche, lo que puede interrumpir el sueño y afectar las actividades cotidianas. Entre los factores de riesgo documentados destacan la obesidad, enfermedades metabólicas como la diabetes y el hipotiroidismo, así como la vida laboral que exige movimientos repetitivos, exposición a vibraciones o posiciones forzadas de las manos. Un estudio publicado en el Journal of Hand Surgery respalda la influencia de estos factores, mostrando su relación con la aparición y evolución del STC tanto en ambientes industriales como digitales.

El diagnóstico del STC es eminentemente clínico, complementado por exámenes como la electromiografía, que mide la actividad eléctrica y la función del nervio mediano, permitiendo clasificar la gravedad en leve, moderada o severa. En este sentido, el Mayo Clinic Proceedings destaca la importancia de una evaluación oportuna, dado que los daños irreversibles pueden evitarse si se actúa a tiempo.

El tratamiento inicial se basa en alternativas conservadoras: férulas para la noche, fisioterapia específica y adaptaciones ergonómicas, a fin de disminuir la inflamación y la presión sobre el nervio. Para casos leves o moderados, se considera la infiltración con corticosteroides. No obstante, si estos métodos resultan insuficientes o la enfermedad es grave, se recomienda una intervención quirúrgica, la “liberación del túnel carpiano”, empleada con alta tasa de éxito, según la American Society for Surgery of the Hand, y con reincorporación laboral entre tres y seis semanas tras la operación.

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A pesar de los beneficios quirúrgicos, existen riesgos como la recurrencia, aunque son poco frecuentes y suelen ser consecuencia de liberaciones incompletas o formación de adherencias posoperatorias. Por ello, la rehabilitación adecuada se torna esencial para restituir la función motora y evitar secuelas. Asimismo, la prevención juega un rol determinante: recomendaciones de la American Academy of Orthopaedic Surgeons incluyen pausas activas y mejora ergonómica en los lugares de trabajo, factores que contribuyen a disminuir la incidencia del síndrome.

La identificación precoz de síntomas—dolor recurrente, adormecimiento nocturno y debilidad de la mano—es considerada crucial. Ignorar o automedicar estos problemas incrementa el riesgo de un daño permanente, lo que subraya la importancia de consultar a un especialista ante las primeras señales, evitando así complicaciones severas y la necesidad de soluciones quirúrgicas invasivas.

¿Cómo se realiza una electromiografía y qué papel cumple en el diagnóstico del túnel carpiano? La electromiografía es un examen médico que utiliza electrodos para registrar la actividad eléctrica de los músculos y nervios de la mano y el antebrazo. Su relevancia radica en evaluar la velocidad de conducción y la intensidad de las señales nerviosas reflejadas por el nervio mediano, ayudando al médico a determinar si existe compresión, su localización y su gravedad. Este procedimiento resulta determinante para diferenciar el STC de otras neuropatías, y permite planificar un manejo adecuado según la severidad. Según el Mayo Clinic Proceedings, una evaluación electromiográfica temprana favorece un tratamiento menos invasivo y reduce el riesgo de daños permanentes en el nervio.

¿Qué medidas ergonómicas pueden implementarse para evitar el síndrome del túnel carpiano en oficinas? Prevenir el STC en ambientes de oficina implica cambios simples pero efectivos en el espacio de trabajo y las rutinas diarias. Ajustar la altura de la silla, mantener las muñecas en posición neutra y emplear apoyos ergonómicos para teclado y mouse son ejemplos recomendados por la American Academy of Orthopaedic Surgeons. Además, establecer pausas activas regulares, alternar tareas que requieran distintos movimientos y vigilar el uso excesivo de dispositivos tecnológicos ayuda a disminuir la tensión y el riesgo de desarrollar esta neuropatía compresiva a largo plazo.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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