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Carmen Ángel arribó a Medellín hace diecisiete años mostrando una identidad única como “gringa paisa”. Nacida en Chicago, criada en California, con raíces familiares que combinan una madre húngara y un padre colombiano, ha invertido el relato y hoy se reconoce como “paisa gringa”. Su vinculación con la cultura colombiana, la pasión por la gastronomía y el compromiso con los productos nacionales la han llevado a consolidar un grupo gastronómico ampliamente reconocido en el ámbito internacional. Un ejemplo destacado es el Bar Carmen, que este año logró ingresar en el puesto número 100 a la lista The World’s 50 Best Bars 2025, según información de El Colombiano.
Este reconocimiento marca un momento histórico, no solo para el establecimiento, sino también para la ciudad de Medellín, que ahora se posiciona por su propuesta innovadora en coctelería y experiencias líquidas. Carmen considera que este ingreso al ranking trasciende el mérito personal y simboliza el avance colectivo de la ciudad, en donde la creatividad detrás de la barra adquiere el mismo protagonismo que la cocina. En palabras de Carmen, compartidas con El Colombiano, “nos están viendo, no solo como una ciudad para disfrutar de buena gastronomía sino también para experimentar la propuesta en la barra”.
Junto a Bar Carmen, otros tres bares colombianos aparecen en el listado: Mamba Negra en Medellín, La sala de Laura en Bogotá y Alquímico en Cartagena. “Fueron cuatro lugares y dos están en Medellín, eso muestra la evolución de la ciudad en cuanto a calidad e innovación en bebidas”, enfatiza Carmen. Este auge no responde solo al concepto de fiesta, sino a la búsqueda de experiencias profundas y significativas en torno a la coctelería.
El desarrollo detrás de la barra ha requerido redefinir roles y dinámicas. Maycoll Tobón dirige el Bar Carmen y Gilfredo “Gil” Martínez funge como jefe de bar. Ambos destacan la unión del gremio de bartenders en Medellín y el énfasis en la hospitalidad y la disposición para atender a quienes llegan al establecimiento. Gil resalta que la técnica y las recetas se adquieren con el tiempo, pero el trato amable y la vocación de servicio constituyen el núcleo de la experiencia.
La creatividad en la barra sigue la filosofía que Carmen ha promovido durante años en la cocina: el trabajo colectivo y la conexión con la biodiversidad del país. La creación de menús y cócteles es fruto de reuniones constantes, intercambio de ideas y profunda investigación. Hoy la carta del Bar Carmen está inspirada en los fanzines de los años 60 y 70, lo cual les permite comunicar los ingredientes y la riqueza biológica detrás de cada trago.
Este concepto se evidencia en preparaciones como el emblemático B.C.E., cuya receta se nutre del tamarindo silvestre de Santa Fe de Antioquia, enriquecido con mezcal, licor de limón asado y sal de hormigas limonarias provenientes del Amazonas. Gil explica que cada cóctel evoluciona según el ciclo natural de las frutas y la disponibilidad de insumos, cuidando siempre que la esencia se conserve.
Por último, Carmen valora la capacidad de adaptación y el crecimiento continuo del proyecto. Desde su llegada, subraya el agradecimiento por formar parte de un proceso dinámico y en constante transformación, alimentado por el aporte de cada miembro del equipo y el contexto efervescente de una ciudad vibrante como Medellín.
¿Qué aporta la conceptualización de los cócteles en la experiencia del cliente?
Cuando se conceptualiza un cóctel, se considera no solo el sabor sino también el contexto cultural y biológico del ingrediente. Según los testimonios recogidos por El Colombiano, Bar Carmen utiliza inspiración en elementos como los fanzines y la biodiversidad local, lo que le permite crear una experiencia que trasciende la simple degustación. Esto acerca al cliente a una narrativa donde cada bebida cuenta su propia historia, fortaleciendo la identidad del establecimiento y el sentido de pertenencia.
Comprender este proceso permite valorar el trabajo creativo y colectivo detrás de la barra. Los menús se diseñan para mantener una conexión entre cocina y coctelería, y reflejan los valores del equipo, la investigación de campo y el respeto por los ingredientes. Así, la conceptualización no solo distingue a los cócteles, sino que eleva la experiencia del consumidor al conectar el paladar con el territorio y la memoria cultural.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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