Según Judy Andrea Castro Ceballos, médica pediatra, el váper o cigarrillo electrónico inicialmente se creó como alternativa al cigarrillo. El propósito era ayudar a personas con deseo de dejar dicho hábito o, al menos, hacerlo de una manera aparentemente más segura, disminuyendo los daños. 

(Vea también: Claves para vivir más; así podría alargar su tiempo en la Tierra por muchos años)

“Luego se crearon los filtros, los cuales no evidenciaron cambios positivos en la salud a largo plazo, posteriormente aparecen los cigarrillos electrónicos y los dispositivos de vapor “váper” con novedosos diseños y formas personalizadas, pero con el agravante de que por su forma de presentación no solo pueden contener nicotina, sino que se han vuelto ideales para el consumo de diferentes sustancias psicoactivas, volviéndose así un puente para el inicio del consumo a temprana edad, afectando enormemente a la población de niños y adolescentes, aunque cabe resaltar que este consumo es nocivo a cualquier edad”, explicó.

Estos dispositivos se adquieren con facilidad en el mercado, son presentados como artículos que no afectan la salud, son bastante llamativos en especial por sus sabores y aromas, diferentes diseños que pueden pasar desapercibidos por tener forma de memoria USB, volviéndose artículos de moda.

“Se ha descrito que estos que contienen esencias de aromas frutales en forma de vapor, componentes glicerinados de origen vegetal que por sí ya son sustancias irritativas a nivel del tejido pulmonar, además componentes de metal; también se encuentran niveles variados de nicotina y como se mencionó antes por su forma se adaptan para diferentes sustancias, entre ellas las psicoactivas que no solo producen daño a nivel del tejido pulmonar, sino en diferentes órganos ya que estas se absorben para luego viajar por el torrente sanguíneo, causando daños físicos y mentales”, añadió la pediatra que cuenta con gran experiencia en atender estos casos.

Quemaduras locales, alteraciones en la oxigenación, alteraciones cardiovasculares, convulsiones, aumento de infecciones respiratorias, exacerbación del asma, cáncer, adicción, disminución de la capacidad de autocontrol, trastornos emocionales y de la conducta, entre otros, son unas de las consecuencias del uso de los vápers.

Algunos de los componentes de estos dispositivos están aprobados por la FDA (Food and Drugs Administration por sus siglas en inglés) para consumo humano, pero no en forma de vapor, ya que la vía de consumo y la exposición a mayor temperatura, altera la composición convirtiéndolos en tóxicos.

“La regulación debe iniciar desde el hogar y en los entes educativos, partiendo de dar una información clara y precisa a nuestra población infantojuvenil, creando espacios para hablar diferentes temas, recibir información de personal capacitado que pueda, a su vez, aclarar dudas y además crear espacios para escuchar a los jóvenes ya que ellos son el principal objetivo”, reiteró Castro Ceballos.

La invitación a padres y educadores es mantener a nuestros jóvenes cerca para así poder resistir la presión externa a la que inevitablemente estarán expuestos, ya que la prevención es la mejor manera de evitar consumo.

(Lea también: Investigan a empresas de vapeadores en Colombia; exponen normas que habrían ‘humeado’)

Y concluyó: “Es por esto que trabajo con mi hermana psicóloga especialista en niños y adolescentes en un proyecto para ayudar a población de escasos recursos y en riesgo social, a su vez estoy vinculada con líderes de mi iglesia local que hacen un trabajo extraordinario con muchos jóvenes que han caído en las drogas, y apoyo una fundación de la ciudad que trabaja con niños de una localidad vulnerable y expuesta. Pienso que esto es un trabajo multidisciplinar y la participación de la familia es fundamental por ser la principal red de apoyo, pero debemos manejar diferentes frentes y áreas e invito a la comunidad en general a vincularse a fundaciones, proyectos, actividades etc., para poder prevenir y sacar adelante a los muchos niños que ya han caído en este flagelo”.