La nota, divulgada a través de Facebook, se la dejaron en la puerta de su casa, y empezaba de la siguiente manera:

“Hola, vecina. Sabemos que trabajas en el hospital, en la primera línea de batalla y queríamos decirte que: si necesitas que compremos para ti en el supermercado, nada más que lo digas. Entendemos que trabajas turnos largos y te apetecerá poco hacer las colas para comprar”.

Los vecinos de la mujer —que fue identificada solo como Rosa— también le hicieron saber que si necesitaba limpiar su casa, ellos la ayudarían. “Se nos da bien coger la lejía, los guantes y las mascarillas”, señalaron los vecinos, y agregaron que también le darían ánimo desde sus ventanas si algún día necesitaba llorar.

“Por nuestra parte, es un privilegio tenerte al lado. Nunca rociaremos el camino hasta tu casa de nada que no sean pétalos de rosas y aplausos”, concluyeron.

Evidentemente, este mensaje contrasta con el trato que algunos ignorantes han tenido con varios profesionales de la salud, creyendo que solo por su labor están contagiados de coronavirus.

En Bogotá, por ejemplo, unas personas fueron hasta la casa de una enfermera para sacarla; como no la encontraron en ese momento, le dejaron una advertencia con su tía. Además, en Montería, unos motociclistas golpearon a una enfermera por llevar puesto su uniforme.

enfermera triste.

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Esto también se ha presentado en otras partes del mundo: en Barcelona, a una ginecóloga le escribieron “rata contagiosa” en su camioneta, mientras que en San Luis Potosí (México), una mujer golpeó a una enfermera, acusándola de tener COVID-19, y le fracturó 2 dedos.