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    Dic 15, 2025 - 9:56 am

Una situación bastante particular ha llamado la atención de miles de personas en las redes sociales, ya que un predicador llamado Ebo Noah, más conocido como el ‘Noé de Ghana’ o Ebo Jesús ha pasado todo el año construyendo un arca porque, según él, se aproxima una gran inundación que acabará con muchos pueblos en todo el mundo.

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Según ha dicho el hombre en videos compartidos en las redes sociales, desde hace unos meses recibió un mensaje de Dios en el que le advirtió que a partir del próximo 25 de diciembre de este año comenzará a caer una lluvia a nivel mundial que durará más de tres años, por lo que se vienen inundaciones nunca antes vistas.

Por eso, agrega el hombre, la humanidad está destinada a vivir en arcas que él mismo está construyendo, teniendo en cuenta que ya terminó una, pero hay varias más en proceso.

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De hecho, cada arca tiene capacidad para 5.000 personas, pero la idea es completar ocho para que por lo menos 40.000 personas sobrevivan y así se garantice la existencia de los humanos en el mundo.

Ahora, esto abrió un fuerte debate en las redes sociales, pues muchas personas le creen al hombre y se les ha despertado cierta preocupación, mientras que otras aseguran que es una cuestión de querer pegar en las redes sociales, por lo que no le creen nada y hasta lo atacan para que no cree terror en distintas poblaciones por todo el mundo.

Cuál es la historia del Arca de Noé

La historia del Arca de Noé, narrada en el libro del Génesis de la Biblia (capítulos 6-9), es uno de los relatos más conocidos de las tradiciones abrahámicas. Según el texto bíblico, Dios, al observar la corrupción y violencia generalizada en la humanidad, decidió enviar un diluvio para purificar la Tierra.

Noé, descrito como un hombre justo, recibió la orden divina de construir un arca de madera de gofer con dimensiones específicas: aproximadamente 150 metros de largo, 25 de ancho y 15 de alto. En ella, Noé debía albergar a su familia —su esposa, sus tres hijos (Sem, Cam y Jafet) y sus nueras— junto con parejas de cada especie animal (y siete parejas de los animales puros) para preservar la vida.

El diluvio duró 40 días de lluvia intensa, seguido de un período en que las aguas prevalecieron sobre la Tierra durante 150 días, cubriendo incluso las montañas más altas. Noé envió aves —un cuervo y una paloma— para verificar si las aguas habían bajado; la paloma regresó con una hoja de olivo, señal de tierra seca.

Finalmente, el arca encalló en las montañas de Ararat, y Dios estableció un pacto con Noé, prometiendo no volver a destruir la Tierra con un diluvio, sellado con el arcoíris como señal. Esta narrativa enfatiza temas de juicio divino, misericordia y renovación.

El relato bíblico tiene paralelos antiguos en mitos mesopotámicos, como la Epopeya de Gilgamesh (donde el héroe Utnapishtim sobrevive a un diluvio en un barco) y el poema de Atrahasis, que datan de siglos antes que la versión hebrea. Estos textos sumerios y acadianos describen un diluvio enviado por los dioses por razones similares, como el ruido o la sobrepoblación humana, y un superviviente que construye una embarcación. Los eruditos coinciden en que la historia bíblica probablemente se inspiró en estas tradiciones más antiguas, adaptándolas a un contexto monoteísta.

¿Fue real la historia del Arca de Noé?

En cuanto a si el evento ocurrió realmente como un diluvio global, el consenso científico actual lo descarta. No existe evidencia geológica de una inundación mundial que cubriera todas las montañas hace unos 4.500-5.000 años (fecha aproximada según cronologías bíblicas). Los registros sedimentarios, fósiles y formaciones rocosas no muestran una capa universal de depósito acuoso simultáneo; en cambio, apuntan a procesos graduales a lo largo de millones de años, con inundaciones locales en diversas regiones y épocas.

Algunos investigadores han propuesto que el mito pudo inspirarse en catástrofes reales, como una gran inundación en el Mar Negro alrededor del 5600 a.C. (teoría de Ryan y Pitman), o inundaciones fluviales en Mesopotamia documentadas arqueológicamente. Expediciones al monte Ararat en Turquía han buscado restos del arca, pero no se ha encontrado prueba concluyente; formaciones rocosas o anomalías detectadas suelen explicarse como naturales.

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Desde perspectivas religiosas literalistas, se defiende un diluvio global basado en la interpretación directa de la Biblia y en evidencias como fósiles masivos o capas sedimentarias atribuidas a la catástrofe. Sin embargo, la mayoría de geólogos y biblistas consideran la historia como un relato teológico simbólico sobre el pecado, el juicio y la salvación, influido por mitos antiguos, más que un evento histórico literal.

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