
Se trata de Etiopia, donde hace un par de días se celebró la llegada de 2018, mientras que la mayoría de países ya está en 2025. Esta curiosidad sorprende a muchos viajeros y usuarios de redes sociales, pues genera preguntas sobre por qué el país africano vive “siete años atrás” respecto al calendario gregoriano, que es el que usamos en Colombia y gran parte del planeta.
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¿Por qué en Etiopia es 2018?
El motivo se encuentra en el calendario etíope, un sistema que se basa en la tradición de la Iglesia Ortodoxa Copta y que difiere del calendario gregoriano, instaurado en 1582 por el papa Gregorio XIII. En lugar de 12 meses como los conocemos, el calendario etíope tiene 13 meses: 12 meses de 30 días cada uno y un mes adicional, llamado Pagumē, de cinco días (seis en los años bisiestos).
La principal diferencia radica en la manera como se calcula la fecha del nacimiento de Jesucristo. Mientras que en el calendario gregoriano se fija en el año 1 d. C., la Iglesia Ortodoxa Etíope considera que este acontecimiento ocurrió unos siete u ocho años más tarde. Esa variación explica por qué, al entrar en 2025 en gran parte del mundo, en Etiopía todavía es 2018.




Otro detalle llamativo es la celebración de su Año Nuevo, conocido como Enkutatash. Este se festeja cada 11 de septiembre (o 12, en años bisiestos), coincidiendo con el final de la temporada de lluvias y con el inicio de la primavera en el país. Ese día, las familias se reúnen, cantan canciones tradicionales y decoran sus hogares con flores amarillas, lo que convierte la fecha en un evento cultural y religioso muy importante.
El calendario etíope no solo marca la diferencia en los años, sino también en las horas del día. En Etiopía, el reloj se organiza de manera distinta: la jornada empieza a las 6 de la mañana según nuestra hora, lo que significa que las 7:00 a. m. internacionales son, para los etíopes, la 1:00. Esto suele confundir a los turistas, pero forma parte de una visión del tiempo profundamente ligada a su cultura.
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Etiopía es, de hecho, uno de los pocos países que ha conservado un calendario propio, y eso refuerza su identidad cultural frente a la globalización. Aunque para negocios y relaciones internacionales utilizan el calendario gregoriano, en su vida cotidiana se rigen por el suyo. Así, mientras el mundo avanza en 2025, los etíopes disfrutan del 2018, mostrando que el tiempo también puede ser relativo dependiendo de la tradición y la historia de cada nación.
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