El papa León XIV celebró este miércoles por la noche la primera misa de Navidad de su pontificado en la basílica de San Pedro en el Vaticano, donde envió un mensaje de “caridad y esperanza”. Poco antes de la misa, el papa estadounidense salió a la plaza de San Pedro para saludar a unos 5.000 fieles congregados bajo la lluvia para ver la ceremonia en pantallas gigantes, por falta de espacio en el interior de la basílica. “La basílica de San Pedro es muy grande, pero desgraciadamente no lo suficiente para recibirlos a todos. Los admiro y respeto, y les agradezco por su coraje y el deseo de estar aquí esta noche”, dijo en inglés.
Ante los cardenales, obispos, diplomáticos y unos 6.000 fieles, León XIV, que muestra un estilo más discreto que su predecesor Francisco, pronunció luego una homilía muy religiosa sin mencionar directamente temas de actualidad. “Cuando una economía distorsionada lleva a tratar los hombres como mercancías, Dios se hace semejante a nosotros, revelando la dignidad infinita de cualquier persona”, declaró el papa. “Proclamamos la felicidad de Navidad, que es la fiesta de la fe, la caridad y la esperanza”, agregó.
Esta ceremonia que conmemora el nacimiento de Cristo, una de las más solemnes del año, mezcló cantos tradicionales y gestos simbólicos. El papa, de 70 años, decidió celebrarla a una hora más tardía que durante el pontificado de Francisco (19H30). Otro cambio fue que León XIV presidirá el jueves por la mañana la misa del día del natalicio de Jesús, reanudando con una tradición que se remonta al pontificado de Juan Pablo II (1978-2005).
Pronunciará luego a las 12H00 (11H00 GMT) su bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad y al mundo) desde el balcón de la basílica, en la que el papa se refiere a los conflictos en el mundo.
Ferviente defensor de una paz “desarmada y desarmante”, se espera que el jefe de la Iglesia católica renueve sus llamados a la paz.
El martes por la noche, León XIV ya pidió una tregua de un día para Navidad en el mundo entero.
Ningún texto del Nuevo Testamento precisa el día y la hora de nacimiento de Jesús de Nazaret. Su celebración el 25 de diciembre en la tradición cristiana fue escogida en el siglo IV en Occidente. Esta Navidad 2025 coincide con el cierre del Jubileo, “Año santo” de la Iglesia que atrajo millones de peregrinos a Roma.
El mensaje de León XVI
El papa también citó las palabras de Benedicto XVI en las que afirmaba que “mientras la noche del error oscurezca esta verdad providencial, tampoco queda espacio para los otros, para los niños, los pobres, los extranjeros”. “Las palabras del papa Benedicto XVI, tan actuales, nos recuerdan que en la tierra no hay espacio para Dios si no hay espacio para el hombre: no acoger a uno significa rechazar al otro. En cambio, donde hay lugar para el hombre, hay lugar para Dios”.
Pero Robert Prevost afirmó además que con el nacimiento del niño Jesús, “Dios da al mundo una nueva vida, la suya, para todos” y “no es una idea que resuelva todos los problemas, sino una historia de amor que nos involucra”.
El papa explicó que Dios, “ante las expectativas de los pueblos, envía un niño, para que sea palabra de esperanza; ante el dolor de los miserables”.
“¡Él envía un indefenso, para que sea fuerza para levantarse; ante la violencia y la opresión, Él enciende una suave luz que ilumina con la salvación a todos los hijos de este mundo”, agregó.
Y “mientras una economía distorsionada induce a tratar a los hombres como mercancía, Dios se hace semejante a nosotros, revelando la dignidad infinita de cada persona. Mientras el hombre quiere convertirse en Dios para dominar al prójimo, Dios quiere convertirse en hombre para liberarnos de toda esclavitud.”, agregó.
Concluyó destacando que “la Navidad, que es fiesta de la fe, de la caridad y de la esperanza”.
“Es fiesta de la fe, porque Dios se hace hombre, naciendo de la Virgen. Es fiesta de la caridad, porque el don del Hijo redentor se realiza en la entrega fraterna. Es fiesta de la esperanza, porque el niño Jesús la enciende en nosotros, haciéndonos mensajeros de paz. Con estas virtudes en el corazón, sin temer a la noche, podemos ir al encuentro del amanecer del nuevo día”, destacó.
Al concluir la misa, León XIV llevó en sus manos al niño Jesús desde el altar al pesebre colocado a un lado de la basílica acompañado de diez niños, que proceden de Corea del Sur, India, Mozambique, Paraguay, Polonia y Ucrania, y permaneció varios minutos orando ante el Nacimiento.
Ante de la misa, que León XIV volvió a celebrar a las 22.00 horas mientras que Francisco la había adelantado, sorprendió con un saludo a los cerca 5.000 fieles que esperaban en la plaza de San Pedro a pesar de la lluvia para seguir la misa del Gallo a través de las pantallas.
“La basílica de San Pedro es muy grande, pero no tan grande para recibir a todos vosotros. Por ello, gracias por vuestro valor por estar esperando aquí esta tarde”, dijo el papa en inglés saliendo a la plaza de San Pedro antes de celebrar la misa en el interior en la que será su primera Navidad tras su elección el 8 de mayo.
Después, el papa habló en italiano: “Gracias por venir también con este es tiempo. Vamos a celebrar la fiesta de Navidad. El niño que ha nacido y que nos trae la paz, nos trae el amor de Dios”.
* Pulzo.com se escribe con Z
LO ÚLTIMO