En la casa familiar, los 2 niños de la familia, de 10 y 12 años, hallaron dos lingotes de oro entre unas viejas sábanas que eran de su abuela.

Los menores le habían preguntado a su padre que podían utilizar para armar un ‘camping’ en medio del gran jardín de la casa, y él les respondió que buscarán en el cuarto de la fallecida mujer.

Cuando los hermanos les mostraron lo que habían encontrado, sus papás pensaban que los lingotes eran unos posacubiertos de la abuela.

Pero, al dudar, sobretodo por el peso, los llevaron a Philippe Rouillac, un subastador, para que los analizara.

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Para el profesional no hay duda: “Se trata de dos lingotes de oro fino, macizos, de un kilo cada uno. Los números del lateral corresponden al año de fabricación, el registro, la garantía, los refinadores, los fundidores y la percepción de las tasas por parte del Estado”, concluyó.

Los lingotes fueron comprados en 1967 por la abuela, según pudieron determinar días después, y serán subastados el 16 de junio en Vendôme.

El valor de ambos podría superar los 100.000 euros (es decir más de 411 millones de pesos colombianos), según Rouillac. “El precio del oro es muy fluctuante. A principios de año, estaba en 43.000 euros. Ahora está en 51.000 euros”, precisó.