De acuerdo con la hija de Hove, Heather Nicoletti, quien dialogó con el canal de televisión Kare 11, Daniel fue un bombero muy reconocido, sobretodo por su carisma, después de terminar sus labores con la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Sin embargo, en el 2012 tuvo que retirarse por las complicaciones de salud que le surgieron por el cáncer de páncreas que le habían detectado el año anterior. Aunque los primeros días estuvo triste al no encontrar qué hacer, su perro, llamado Gunner, le devolvió la felicidad, indica el mismo medio.

Sin embargo, Gunner se empezó a enfermar al mismo tiempo que Daniel Hove entraba en la fase terminal del cáncer. Para los familiares de este estadounidense no fue algo que los sorprendiera, pues eran inseparables, detalla el mismo canal.

Incluso, tuvieron que poner la cama del perro al lado de la de Hove. “Fueron los mejores amigos hasta el final. Iban juntos a todas partes”, dijo Heather Nicoletti a Kare 11.

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“Cuando mi papá se agitaba, el perro se agitaba, mi papá estaba inquieto, el perro estaba inquieto. Mi papá no respondía y Gunner tampoco. Cuando observamos que Gunner no se movía mucho supimos que se acercaba (su muerte)”, agregó la mujer en ese medio.

En varias fotos publicadas por Nicoletti en su cuenta de Facebook se ve la cercanía y el amor que se tenían el perro y el hombre, hasta que el pasado lunes 18 de mayo murieron con minutos de diferencia.

Los hijos de Daniel Hove llevaron a Gunner hasta una veterinaria porque había amanecido con las patas hinchadas. El médico les dijo que lo mejor era ponerle la inyección, porque estaba sufriendo y no había cómo salvarlo.

“Volví a casa y una hora después, mi papá murió”, expresó Nicoletti a Kare 11 con tristeza, aunque después dijo que fue lo mejor porque “no habrían podido vivir un minuto sin su mejor amigo”.