
En un tranquilo fin de semana de 2021, Darren James, un agente inmobiliario de Baton Rouge, Luisiana, Estados Unidos, se encontró con una sorpresa que lo catapultó, aunque brevemente, a la cima del escenario mundial de la riqueza.
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Su esposa, mientras revisaba su cuenta bancaria en la aplicación móvil del banco Chase Bank, le mostró un saldo que desafiaba toda lógica: 50.000 millones de dólares. La cifra, con sus innumerables ceros, era tan astronómica que superaba la fortuna de magnates como Richard Branson o Warren Buffett.




Por un instante, James, un exfuncionario del Departamento de Seguridad Pública de Luisiana, se convirtió en una de las personas más ricas del planeta. Sin embargo, la historia detrás de esta fortuna inesperada es un fascinante relato de honestidad, misterio y una falla bancaria que captó la atención del mundo.
Todo comenzó un sábado por la mañana, cuando James y su esposa, alertados por la notificación de una transacción, revisaron su cuenta bancaria. Lo que encontraron los dejó sin palabras: un depósito de 50.000 millones de dólares había aparecido de la nada, según recogió La Vanguardia.
La pareja, atónita, contempló la posibilidad de una vida transformada, pero la incredulidad pronto dio paso a la cautela. James, consciente de las implicaciones legales de manejar fondos que no le pertenecían, decidió no tocar el dinero. En Estados Unidos, retener o gastar dinero recibido por error puede considerarse un delito, y James, con su experiencia en seguridad pública, lo sabía perfectamente.
En lugar de sucumbir a la tentación, contactó al banco el lunes siguiente para reportar la anomalía. “Fue una locura porque nunca había visto tantos ceros en mi vida”, mencionó, según citó el mismo medio.
¿Qué dijeron desde el banco?
Chase Bank, luego de investigar el caso, confirmó que se trataba de una “falla técnica” que había afectado a varias cuentas, aunque no proporcionó detalles específicos sobre el origen del dinero ni sobre cómo ocurrió el error, recogió el mismo medio.
Para el martes, los fondos habían desaparecido de la cuenta de James, devolviéndolo a su realidad cotidiana. El banco no reveló si el dinero pertenecía a otra persona o entidad, ni cómo una suma tan colosal pudo aparecer en la cuenta de un ciudadano común. Este misterio, combinado con la honestidad de James, convirtió la historia en un fenómeno viral que resonó en medios de comunicación y redes.
James, un hombre de principios, expresó en entrevistas que, de haber sido suyo, habría utilizado el dinero para causas benéficas, como financiar un hospital infantil o ayudar a su comunidad.
Su decisión de no intentar aprovechar la situación, a pesar de la magnitud de la suma, fue ampliamente elogiada. En un mundo donde las historias de codicia suelen dominar los titulares, la integridad de James se destacó como un ejemplo de rectitud.
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