Rápidamente, la grabación se difundió en las distintas redes. Hasta el rapero ‘Ice Cube’ compartió a Yanfri en una de sus historias de Instagram, a finales de noviembre, a pocos días de hacerse la publicación.

Desde entonces, el niño afrodescendiente —que vive en una humilde zona de ese municipio sumergido en la pobreza y abandonado— llamó la atención de los medios de comunicación nacionales que lo entrevistaron en radio, prensa y televisión.

También de famosos como Luisa Fernanda W que se tomó una foto con él, y recientemente de ‘El Mindo’ que le celebró su cumpleaños número 4, el pasado 21 de diciembre.

Tan rápida ha sido la fama que ha ganado Yanfri Díaz Quiñonez, que ya tiene sus propias redes sociales; incluso, promociona algunas marcas y fue contratado por Netflix para una campaña de Navidad, como se aprecia en su cuenta oficial de Instagram, donde tiene más de 6.500 seguidores.

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Lo anterior ya lo convirtió en un ‘influenciador’, por su carisma, inteligencia y debido a las enfermedades que padece: un hipotiroidismo que retrasa su crecimiento (apenas mide 77 centímetros) y una hipoglucemia que le provoca convulsiones.

Sin embargo, su fama ha despertado toda clase de amores y odios. Algunos lo admiran y otros, como es común entre los ‘influencer’, lo critican.

Tal situación fue cuestionada por la directora del ICBF, Lina Arbeláez, quien mencionó que sobreexponer a los menores en Internet puede “expresarse a través de dificultades en el sueño y en la alimentación, pérdida de interés, irritabilidad, miedo”, cita El Tiempo.

Así le cambió la vida a Yanfri

El mismo medio aseveró que el niño de 4 años cayó en el mundo “tóxico y superficial” de las redes sociales, que construye “ídolos de barro que se derriten a los 15 segundos”.

Por ahora, en su tierra natal sigue siendo una celebridad. Recibe atenciones, regalos costosos, viste ropa de marca, lentes de sol y hasta utiliza cadenas de oro, agrega el diario.

Y como sucede con todos los creadores de contenido que reciben obsequios, están casi obligados a promocionar las marcas que les entregan y con la que muestran su nueva imagen.

“Ojalá que la gente nunca lo deje de querer porque eso sería muy duro”, teme su tío Bernardo Díaz, citado en el medio. Además, cuenta que hay personas aprovechándose de la situación de sobrino para estafar.

Por ahora, una reconocida empresa de marketing digital le contó a El tiempo que está asesorando al niño en el tema de las entrevistas, la publicidad y evitando que él y sus seguidores caigan en las estafas, reveló el impreso.

Mientras tanto, Daniel Vivas, presidente de otra agencia de marketing digital, manifiesta:

“Puede ser un cuarto de hora y que en unos días o semanas o meses se vuelva paisaje. Tienen la oportunidad de ir más allá de la fama momentánea […]. Deben vincularse a una fundación o proyecto social y saber llevar muy bien su cuenta, porque el día que deje de recibir tanta atención, [el niño] podrá colapsar”, y ese paisaje se desdibujará.