En un principio, los papás pensaron que los lingotes eran unos portacubiertos de su abuela; sin embargo, dudaron y se los llevaron a Philippe Rouillac, un subastador, para que los analizara.

Para el profesional, entrevistado por un periodista de la AFP, no hubo duda:

“Se trata de dos lingotes de oro fino, macizos, de un kilo cada uno. Los números del lateral corresponden al año de fabricación, el registro, la garantía, los refinadores, los fundidores y la percepción de las tasas por parte del Estado”.

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Los lingotes fueron comprados en 1967 por la abuela, ya fallecida, y serán subastados el próximo 16 de junio en Vendôme.

El valor de ambos podría superar los 100.000 euros (más de 411 millones de pesos), según Rouillac.

“El precio del oro es muy fluctuante. A principios de año, estaba en 43.000 euros. Ahora está en 51.000 euros, y en junio puede alcanzar los 54.000 “, precisó.