Portal de economía y negocios especializado en información del dólar, bolsas de valores, inversiones, otros mercados de capitales, indicadores económicos, criptomonedas, empresas y economía de bolsillo, entre otros temas del día a día.
Avianca y Migración Colombia han iniciado una campaña que busca ampliar el registro de viajeros colombianos en Biomig, el sistema migratorio que utiliza el reconocimiento biométrico de iris para agilizar el paso por controles internacionales. Entre el 8 de octubre y el 30 de noviembre de 2025, quienes se inscriban en los terminales de Bogotá, Medellín y Cartagena podrán recibir incentivos de Avianca: un equivalente a USD 25 en vuelos internacionales o 5.000 millas Lifemiles, según comunicados oficiales. La facilidad y la rapidez del proceso, que promete hacer migración en menos de un minuto y reducir contactos físicos, figura como uno de los principales atractivos en el contexto posterior a la pandemia.
Sin embargo, este esfuerzo para fomentar la biometría va más allá de dinamizar filas en aeropuertos; implica también interrogantes de privacidad, eficiencia institucional y soberanía de los datos en el contexto latinoamericano. El Reuters Institute de la Universidad de Oxford ha señalado una desconfianza creciente hacia las instituciones, incluidas las tecnológicas y gubernamentales, lo que exige analizar estas iniciativas con atención a los riesgos de manejo de información sensible. Así pues, la introducción masiva de sistemas como Biomig requiere vigilancia sobre la protección de datos y los mecanismos de fiscalización.
Uno de los puntos más delicados es el equilibrio entre eficiencia operativa y la privacidad del ciudadano. Experiencias anteriores muestran que los datos biométricos —a diferencia de contraseñas u otras credenciales— no pueden ser cambiados si son vulnerados. La última información pública sobre Biomig no detalla de manera transparente su protocolo de resguardo de datos, ni explica la existencia de auditoría independiente sobre el uso o eventual tratamiento indebido de la biometría, un aspecto donde la experiencia internacional ha demostrado la importancia de la supervisión. The Guardian, en investigaciones previas sobre temas similares, ha advertido que las autoridades suelen restar importancia a estos riesgos bajo el argumento de búsqueda de “innovación”.
También sobresale la cuestión de la equidad. El enrolamiento, limitado a tres grandes ciudades, deja por fuera a ciudadanos de periferias, zonas rurales y pequeños aeropuertos. Datos comparativos de regiones como Estados Unidos y la Unión Europea evidencian que la biometría, aunque extendida, se implementa con campañas educativas y normas claras, aspectos donde la campaña actual en Colombia presenta vacíos. Falta información pública sobre el acceso real y la viabilidad a largo plazo de Biomig a nivel nacional, lo cual restringe la evaluación de su impacto global.




La experiencia del usuario y la seguridad tampoco están plenamente esclarecidas. Medios internacionales como la BBC reportan que, aunque la biometría agiliza los trámites, también suele causar inconformidades entre quienes optan por no registrar información personal. En los comunicados de Avianca y Migración Colombia, no se especifica la existencia de canales alternativos ni se publican indicadores comparativos sobre tiempos de tránsito antes y después del nuevo sistema, dificultando una valoración objetiva.
De acuerdo con medios reconocidos como The Wall Street Journal y Reuters, las iniciativas público-privadas de este tipo solo logran confianza ciudadana si existen medidas robustas de transparencia, acceso a resultados, y participación de la sociedad civil. La experiencia recomienda divulgar permanentemente estadísticas auditadas y garantizar auditorías externas. Distintos estudios del Instituto Donald W. Reynolds en Estados Unidos señalan la importancia de estos componentes para fortalecer la credibilidad oficial y evitar mayor escepticismo ante innovaciones tecnológicas.
En suma, la campaña de Biomig representa un avance tecnológico que podría beneficiar a muchos viajeros, pero plantea retos serios en protección de datos, acceso equitativo y transparencia. Su impacto positivo solo será posible si el proceso se abre a control independiente y participación inclusiva, generando así confianza en la ciudadanía y un modelo reproducible en la región.
¿Qué significa “biometría de iris” en el contexto migratorio?
El término “biometría de iris” se refiere a la tecnología que identifica a una persona mediante la captura y análisis de los patrones únicos presentes en el iris de cada ojo. En sistemas migratorios, como Biomig, esto permite validar la identidad de viajeros de manera automatizada y rápida. La importancia de esta metodología radica en su precisión, ya que el iris es una característica casi imposible de falsificar o alterar.
A pesar de sus ventajas para la seguridad y el control de fronteras, la biometría de iris genera preocupación sobre el manejo de estos datos extremadamente sensibles. En caso de filtraciones o uso no autorizado, los usuarios no pueden modificar la información de su iris, lo que convierte la protección y custodia de estos datos en un asunto crucial de políticas públicas y derechos civiles.
¿Qué alternativas existen para quienes prefieren no registrar sus datos biométricos?
La opción de no participar en sistemas biométricos es una inquietud creciente entre quienes valoran la privacidad por encima de la rapidez en trámites. Actualmente, la información oficial sobre la campaña de Biomig en Colombia no aclara si se mantendrán abiertos canales tradicionales para el paso migratorio, como el chequeo con pasaporte y delegados de Migración.
Esta falta de claridad genera dudas sobre la inclusión y equidad para los viajeros que prefieren, por distintas razones, no entregar sus datos biométricos; una discusión presente en otros países y que urge atender para no vulnerar derechos individuales ni limitar la movilidad internacional de la ciudadanía.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
* Pulzo.com se escribe con Z
LO ÚLTIMO