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El cilantro, reconocido como una de las especias más antiguas con amplio valor culinario, posee una historia que inicia en las tierras del Mediterráneo Oriental. En especial, Egipto, hace más de 3500 años, fue uno de los primeros territorios donde el cilantro fue cultivado de manera sistemática, un hecho que prueba su importancia y antigüedad dentro de la gastronomía y la cultura humanas. Además de su empleo en la cocina, múltiples civilizaciones lo consideraron un recurso medicinal y aromático muy influyente en diversas prácticas. En Colombia, por ejemplo, el cilantro es imprescindible en múltiples preparaciones, pues está presente en sopas, ensaladas, aderezos y ajíes, y funciona además como decoración y aromatizante en platos principales, lo que subraya su prestigio y papel esencial en la cocina nacional, según información de fuentes originales.
Desde la perspectiva de la botánica, el cilantro corresponde a la especie Coriandrum sativum, de la familia Apiaceae. Su consumo va más allá de las hojas frescas conocidas como cilantro: sus semillas secas reciben el nombre de coriandro. Esta característica dual ha favorecido su adopción global en diferentes tradiciones culinarias y también en prácticas medicinales. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2022), estudios recientes resaltan sus propiedades antioxidantes, antimicrobianas y antiinflamatorias, lo que confirma en parte su histórico uso como remedio natural en distintas culturas.
En el contexto colombiano, el cilantro asume funciones relevantes en la armonización de sabores. Platos icónicos como el ajiaco santafereño o el sancocho se ven realzados en sabor y frescura gracias a su incorporación. Asimismo, en recetas de mariscos, como los camarones salteados con vino blanco y especias, el cilantro —o en su defecto el perejil— contribuye frescura y una complejidad aromática notable. Esta capacidad de intensificar matices convierte al cilantro en una herramienta indispensable tanto en lo técnico como en lo sensorial, como señalan los relatos de preparación originales.
Más allá de su uso culinario, el cilantro ha tenido un papel cultural destacado a lo largo de los siglos. En la antigüedad mediterránea y egipcia, estuvo vinculado a rituales y hasta a prácticas de embalsamamiento. Su migración y exportación acompañaron el avance de distintas civilizaciones hacia Asia y América, permitiendo una adaptación local que enriqueció aún más su significado, de acuerdo con investigaciones del Smithsonian (2019).




En cuanto al cultivo del cilantro, se sabe que requiere climas templados y suelos bien drenados, aunque su ciclo corto y facilidad de reproducción han permitido su amplia expansión. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, 2023), la producción global de cilantro experimentó un crecimiento del 20 % en la última década, impulsada por el auge de la gastronomía internacional y la demanda de hierbas frescas en el sector gastronómico.
La investigación sobre el cilantro lo presenta como un ingrediente paradigmático, capaz de vincular aspectos culturales, medicinales y sensoriales. Su exploración tanto en tradiciones como en investigaciones académicas aporta nuevas perspectivas sobre la identidad regional y las posibilidades innovadoras en la cocina. Por ese motivo, estimular a cocineros y aficionados a experimentar con nuevas recetas se convierte en una invitación al diálogo creativo y a la valoración de un ingrediente cuya riqueza conecta pasado y presente, como destaca la fuente original.
¿Cuáles son las diferencias entre el cilantro y el perejil? Muchas personas confunden estos dos ingredientes debido a la similitud visual de sus hojas, especialmente cuando están picados en fresco. Sin embargo, existen diferencias claras en aroma, sabor y aplicaciones culinarias. El cilantro posee un aroma penetrante y notas cítricas, mientras el perejil presenta un perfume más suave y sabor ligeramente amargo. Tanto en la cocina tradicional colombiana como en la internacional, la elección de una de estas hierbas puede modificar significativamente la experiencia sensorial de un plato, de ahí la relevancia de reconocerlas y utilizarlas de manera consciente. Además, el cilantro y el perejil no son intercambiables en todas las preparaciones: por ejemplo, el cilantro es indispensable en el ajiaco o ciertos ceviches, mientras que el perejil es preferido en recetas europeas como las salsas verdes o en la cocina mediterránea.
¿Qué significa “ciclo corto” en el cultivo de plantas como el cilantro? El término “ciclo corto” se refiere al tiempo que transcurre desde la siembra hasta la cosecha de una planta, que en el caso del cilantro es relativamente breve. Esto permite que la cosecha pueda repetirse varias veces en un año, facilitando así su disponibilidad constante y su adopción en diferentes regiones del mundo, como confirma la información del USDA. Un ciclo corto es favorable para pequeños productores y para responder a la demanda creciente en sectores como la gastronomía, ya que permite adaptación a diversos calendarios agrícolas y climas, contribuyendo al éxito global del cultivo del cilantro.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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