El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.
Las peras al vino, uno de los postres más emblemáticos de la repostería española, también son conocidas como “peras con salsa obispo”. Este plato tradicional se destaca no solo por su elegancia, sino también por la versatilidad de matices que elige ofrecer al paladar, según el tipo de vino utilizado en la preparación. De acuerdo con la información de El Espectador, la receta brinda una experiencia sensorial completa cuando el almíbar, impregnado de especias y cítricos, armoniza con el dulzor natural de la pera y el sabor característico del vino. Al momento de terminar la cocción, el color y la textura de las frutas se transforman en verdaderos protagonistas del plato, llevando esta propuesta a un nivel superior cuando se acompaña con cremas de queso, pasteleras o incluso con helado.
La magia de este postre radica en la simplicidad de su preparación y en la delicada elección de ingredientes. Según las indicaciones, la base para la cocción incluye azúcar, una ramita de canela y vainilla; adicionalmente, se incorpora tanto la cáscara como el jugo de naranja, reforzando las notas cítricas del plato. El elemento central es el vino, que puede ser blanco y cuyo carácter define la personalidad del almíbar resultante. Las peras, ya peladas y sumergidas en esta mezcla aromática, se cocinan lentamente hasta alcanzar una textura suave y agradable.
Una vez listas las frutas, el líquido restante se reduce a la mitad para concentrar aún más los sabores. El toque final plantea una presentación refinada: sobre una base de queso mascarpone se dispone la pera entera y se baña con la reducción. Como complemento, se añaden pistachos, que aportan textura y un delicado matiz a la preparación. Así, cada porción no solo resalta por su sabor, sino también por su armonía visual.
El Espectador invita a los aficionados a la cocina de autor a compartir sus propias creaciones y nuevas propuestas en busca de sabores innovadores. En este espíritu, el postre de peras al vino se convierte en un punto de partida para experimentar, jugar con ingredientes y reinterpretar clásicos, elevando el resultado final sin perder la esencia de la receta original.
El valor de esta tradición repostera radica no solo en el placer de degustar un postre casero, sino en la posibilidad de personalizarlo y adaptarlo a los gustos individuales. Cada ingrediente, desde el vino seleccionado hasta los acompañamientos elegidos, permite cambiar la experiencia final y convertir un plato clásico en una expresión original de creatividad gastronómica.
¿Qué tipo de vino es recomendable para preparar unas peras al vino?
Una de las interrogantes frecuentes al momento de preparar peras al vino es la elección adecuada de esta bebida. En la receta expuesta por El Espectador, se sugiere el uso de vino blanco, que brinda un sabor más suave y permite apreciar mejor las notas cítricas y especiadas del almíbar. Sin embargo, dependiendo del vino preferido, el color y el matiz final pueden variar considerablemente. Esta decisión influye directamente en el resultado del postre, ya que cada vino imprime un carácter particular que transforma el gusto y la presentación del plato.
La relevancia de esta pregunta surge porque, tradicionalmente, en distintas regiones se opta tanto por vinos tintos como blancos, adaptando antiguas recetas a los gustos actuales. Elegir el vino adecuado es clave para personalizar la preparación, resaltando la variedad de matices que solo esta receta clásica puede ofrecer, permitiendo a cada cocinero experimentar y encontrar su versión favorita del postre.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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