Pese a que hay analistas como Ariel Ávila que consideran que votar en blanco es una estupidez, los colombianos estrenan, por primera vez, la promoción del conocido voto protesta o de abstención e inconformidad política.

La particularidad es que esta vez un grupo de ciudadanos logró introducir este voto (casilla 2) para que el inconformismo electoral “haga historia” en el país, informó El Tiempo.

Es más como un voto de opinión pero para el PRE corresponde más a una campaña pedagógica en “la cual nunca se ha hecho porque a los políticos no les conviene que esta opción gane”, agregó ese medio.

Una opinión diferente tiene Ávila para quien “el voto en blanco es entregarle el país a la corrupción y a la clientela para que se fortalezcan más, porque ellos si van asacar los buses llenos de gente a que vayan a votar”, señaló el analista a Pulzo.

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El grupo promotor del voto en blanco tiene los mismos derechos que los partidos políticos con personería jurídica y además pueden exigir la reposición (el pago por voto) cuando el umbral pasa del 4 %.

La ley establece que el pago por cada voto promovido en blanco se paga a $5.625, indicó El Tiempo.