De a poco se va esclareciendo la macabra matanza que se registró el pasado viernes en el norte de Bogotá. La propia Claudia López se apersonó de la situación y dio el balance de los hallazgos que hasta el momento han encontrado las autoridades. Además, se mantiene la recompensa de 20 millones de pesos para dar con los homicidas. 

Entre los primeros resultados, la alcaldesa contó que se cree que el crimen fue cometido afuera de la ciudad y que los criminales trasladaron nuevamente los cuerpos a la capital del país, donde finalmente los abandonaron. Las víctimas fueron identificados como tres colombianos y uno venezolano. 

Todo se debía a un ajuste de cuentas, pues según López los homicidas iban detrás de Juan Carlos Useche, un expolicía con un pronturario turbio envuelto en delitos como narcotráfico. 

“Un ciudadano colombiano retirado de la Policía desde 2006 siendo patrullero en Cali. Desde entonces, tuvo varios antecedentes por concierto para delinquir por vinculación con actividades de narcotráfico, estuvo preso en dos ocasiones, tenía una vida en el crimen de muchos años. La Fiscalía y la Policía han establecido que él seguía en actividades criminales de narcotráfico y lavado de activos”, señaló.

Lee También

Además, como si fuera poco, otra de las víctimas también tenía deudas con la justicia. Se trata del venezolano José Perozo, quien había sido capturado y judicializado y estaba supuestamente en pena privativa de la libertad domiciliaria. Lo que para la alcaldesa es una negligencia clara del sistema de justicia. 

“Aquí hay una falla evidente del Inpec. Tenía un preso en su custodia en detención domiciliaria y no la hizo efectiva. El señor Perozo ni estaba detenido en su domicilio ni estaba cumpliendo su pena”, advirtió.

Las otras dos víctimas fueron identificadas como Leonardo Sanabria y Leidy Alejandra Betancourt, quienes no tenían antecedentes judiciales.