La misiva expone que el objetivo es “generar condiciones de protección a quienes se encuentran en estado de vulnerabilidad” y que es evidente que consumir licor sin control incrementa esa posibilidad.

Pero el texto insiste especialmente en la eliminación de cualquier forma de violencia contra la mujer, teniendo en cuenta que muchas de esas agresiones provienen del entorno personal y familiar, “y que sin ningún tipo de contemplación han atentado contra su integridad física, emocional e incluso su vida”.

Uno de esos casos, a los que se ha referido la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, y que parece haberla impactado, es la muerte de Ana María Castro en hechos por esclarecer, pero que la Fiscalía investiga como un feminicidio agravado.

Ramírez dice en la carta que le “produce gran dolor y absoluta indignación la imagen denigrante de una joven mujer a la que deliberadamente y sin ningún tipo de contemplación, varios hombres llevaron hasta un estado de indefensión producto del consumo excesivo de alcohol, para presuntamente asesinarla”.

Incluso, en una declaración previa, Ramírez dijo que la intención de Mateo Reyes, Paul Naranjo, y Julián Ortegón —estos dos últimos en prisión por el caso— era tenerla indefensa, como lo muestran los videos de cuándo salió del bar, para violarla.

(Lea también: ¿Qué piensa mamá de Ana María Castro sobre violación que planteó la vice en el caso de su hija).

Lee También

Es justo allí cuando apunta la responsabilidad hacia los bares, y en su carta señala:

“Fueron reconocidos establecimientos dedicados a la venta de bebidas embriagantes en Bogotá […] el preámbulo de actos inhumanos y despreciables, con la terrible consecuencia de la muerte de Ana María Castro“.

La vicepresidenta no ataca el consumo de alcohol, pero sí aclara que “esta actividad ejercida sin ningún protocolo de protección a la vida e integridad de los consumidores, pone en riesgo especialmente a aquellos que exceden
un consumo moderado de la misma”.

Y por eso instó a los bares a que tengan una “mayor consciencia” y a “suspender la venta de bebidas embriagantes a personas que den señales evidentes de intoxicación por alcohol”.

Ramírez propone además que se activen protocolos de atención y capacitación a los empleados de estos establecimientos, con miras a poder reaccionar de manera eficaz y oportuna en casos como estos y para evitar desenlaces fatales como el ya mencionado.

La funcionaria los invitó a “hacer parte de la solución y salvar vidas”, y no tardó mucho en llegar la respuesta de la Asociación de Bares de Colombia (Asobares), que aseguró tener listo un “programa totalmente estructurado y listo para poner en marcha”.

En los próximos días podría hacerse efectiva una reunión para tratar este tema, como se pudo en ver en este intercambio de mensajes en Twitter: