La joven víctima habría cumplido 22 años el pasado 16 de febrero, pero a cambio de eso está a pocos días de cumplir el primer aniversario de su muerte por hechos que las autoridades no han logrado esclarecer.

Justamente con la conmemoración de estas fechas, Nidia Romero habló con El Tiempo sobre varios de los puntos de la investigación que busca las razones por las que su hija perdió la vida y determinar si se trató de un feminicidio o de un accidente de tránsito.

Entre las últimas declaraciones de la defensa de Paul Naranjo, principal sospechoso, se habló de la posibilidad de una indemnización que rodearía los 100 millones de pesos y que, coincidencialmente, se pagaría con la camioneta Kia Sportage involucrada en el caso.

Ante eso, la mujer entregó una declaración concisa sobre lo que piensa de esa posibilidad:

“Así hubieran sido 5.000 millones de pesos, no, un hijo no tiene valor alguno”.

Pese a que no lo dijo, esas palabras darían para pensar que la familia de la víctima no está dispuesta a conciliar con los hoy señalados coautores del feminicidio agravado de Ana María Castro —Paul Naranjo y Julián Ortegón— y que el caso podría terminar en un complicado juicio.

Además, según le había dicho hace unos días el abogado Abelardo de la Espriella al impreso, si Naranjo y Ortegón son declarados culpables, “igual tendrá que tramitarse un incidente de reparación integral y de todas maneras tendrán que aportar de sus recursos unos dineros para esa indemnización”.

El penalista rechazó que la defensa de los acusados busque cambiar la tipificación del delito, de feminicidio agravado a homicidio culposo, como si buscaran “zafarse de la responsabilidad” y dijo que rechazará cualquier intento de hablar de un accidente.

Justamente sobre esa hipótesis, Nidia Romero dijo en la entrevista:

“Podría uno preguntarse… por ejemplo, yo conduzco, entonces si me pasa una cosa de esas pues yo me quedó ahí. Y, por otro lado, juzguen ustedes, un chico que lleva casi un año manteniendo que los dejó ahí de pie, y ahorita dice que pudo haber sido un accidente, pues me parece muy conveniente”.

Y, en la misma línea, precisó: “Nunca he pensado que fue un accidente por las cosas que empiezan a pasar. El cambio de versiones, que no aparezca el celular… Nunca he pensado que fue un accidente de tránsito y que él se haya podido asustar, porque precisamente el miedo en una persona hace poner la cara. El que nada debe, nada teme“.

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Y justamente sobre el celular, también quiso aclarar que “no vale 6 millones de pesos” como lo afirmó Jhon Cadena, abogado de Naranjo. Y dijo que tiene la certeza de ello porque fue un regalo suyo para Ana María que, gracias a un seguro, le costó 587.000 pesos.

Por eso no entiende por qué el celular está perdido, cree que el conductor de la camioneta debió acercarse a ella y decirle: “Mire, señora, yo sé que me esté odiando. Yo no hice nada, no fue mi culpa y aquí esta el celular de Ana María… a mí o a las autoridades”. Incluso, su abogado De la Espriella cree que el aparato móvil lo están escondiendo porque podría contener chats que probarían que fue un feminicidio.

La madre de la universitaria puntualizó en que “de todas formas todo es materia de investigación”. También dijo que está preparada para que a su hija intenten dañarle la imagen y enfatizó en que la necropsia de su hija “dice que ella aparece con alcohol pero no con drogas“, como lo han sugerido los otros involucrados en el caso. Además, podría investigarse si Mateo Reyes, tercer involucrado, vendía estupefacientes.

“Conocer la verdad me permitiría iniciar un duelo, porque no he podido”, cerró la señora Romero.