Escrito por:  Redacción Nación
Jun 19, 2025 - 11:19 am

La Superintendencia Nacional de Salud anunció la apertura de una investigación administrativa contra la EPS Famisanar y la Caja de Compensación Colsubsidio, tras conocerse el fallecimiento de una persona afiliada que no habría recibido atención médica oportuna.

Se trata de la muerte de la directora del Centro de Memoria, Ana María Cuesta, quien falleció el pasado 11 de junio.  Dice la investigación, citada por Blu Radio, que sí se recolectó la evidencia que demostraría que hubo incumplimiento en el suministro de medicamentos.

De acuerdo con la entidad, el caso habría ocurrido en medio de una presunta falla en la articulación de los servicios de salud, situación que habría impedido una atención efectiva y que derivó en el lamentable desenlace.

Además, la Supersalud aclaró que este caso no es un hecho aislado, sino que forma parte de una serie de alertas sobre fallas en la red de atención, especialmente en servicios de urgencias y tratamientos críticos. Por eso, el proceso abierto también busca identificar fallas estructurales que estén afectando la prestación de servicios de manera recurrente.

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Según la entidad, tanto Famisanar como Colsubsidio deberán responder por escrito a los requerimientos que les serán enviados, y podrían enfrentar sanciones si se comprueba que hubo negligencia o incumplimiento normativo.

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La investigación administrativa no solo busca esclarecer lo ocurrido en este caso puntual, sino también prevenir futuras fallas que pongan en riesgo la vida de otros usuarios del sistema de salud.

El medio radial informó que la Superintendencia aclaró que la Institución Prestadora de Servicios de Salud (IPS) involucrada actuó conforme a los protocolos establecidos, prestando la atención de forma adecuada y oportuna, razón por la que la responsabilidad recae sobre las otras dos entidades.

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Quién es Ana María Cuesta

Ana María Cuesta, quien falleció a los 39 años en la madrugada del pasado miércoles 11 de junio, enfrentó durante dos décadas una dura batalla contra enfermedades de alto riesgo. Desde los 19 años vivía con hipertensión pulmonar, una condición poco común que comprometía gravemente su salud. Con el paso del tiempo, también fue diagnosticada con lupus eritematoso sistémico (LES), una enfermedad autoinmune que afectaba sus pulmones y su sistema circulatorio.

A pesar del deterioro progresivo de su salud, Cuesta nunca dejó de trabajar ni de alzar la voz por las víctimas del conflicto armado. El 2 de noviembre de 2023 asumió la dirección del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, una entidad clave en Bogotá para preservar la memoria histórica y promover la dignidad de quienes sufrieron la violencia.

Pero su vida no solo estuvo marcada por la lucha política y social, sino también por una batalla desigual contra el sistema de salud colombiano. Desde 2010, Cuesta tuvo que acudir a acciones legales para acceder a medicamentos vitales. Uno de ellos, el Ambrisentan, le fue negado inicialmente por su alto costo y solo lo obtuvo tras interponer una tutela. Un comité médico había rechazado su entrega a pesar de su necesidad clínica.

En los últimos meses, su situación empeoró. Familiares denuncian que desde diciembre de 2024 no recibió Selexipag, y desde abril tampoco tuvo acceso al Ambrisentan, a pesar de haberlo encontrado disponible en una droguería asociada a otra caja de compensación. Famisanar, su EPS, se negó a entregárselo alegando que no tenía convenio con esa droguería.

El desenlace llegó el pasado 9 de junio, cuando Cuesta fue llevada de urgencia a la Clínica Cardio Infantil. Según su familia, pasó cerca de dos días sentada en una silla, sin recibir atención médica adecuada. Ingresó con los pulmones, el corazón y la vena aorta inflamados. Solo después de desmayarse fue llevada a una camilla, pero ya era demasiado tarde. Sufrió un paro ventricular del que no logró recuperarse.

La historia de María del Pilar Cuesta no solo revela el abandono institucional en casos de salud compleja, sino que también expone cómo la burocracia y la falta de empatía dentro del sistema pueden cortar de raíz vidas que aún tenían mucho por ofrecer.

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