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El hecho, ocurrido en La Guajira, dejó impactados a los habitantes de la vereda Cara y Sello, luego de que un hombre murió a manos de su suegro en medio de una discusión familiar.
Onaldo Álvarez tenía 45 años de edad. Vivía junto con su esposa e hijo en la finca Las Trojas, ubicada en la vereda Cara y Sello del corregimiento Mingueo, del municipio Dibulla en La Guajira.
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En la noche del 20 de diciembre, el hombre murió a manos de su suegro en medio de una pelea entre los dos. Según comentó el hijo de Álvarez a las autoridades, el responsable de los hechos actuó sin escuchar a nadie.
Torres vivía desde 2013 con la que fue su esposa. Aquella noche, ‘Mamola’, como se le conoce al suegro, llegó a buscarla, pero ella estaba dormida. Gritando su nombre intentó despertarla y fue cuando Gustavo le reclamó, relata el menor de diez años de edad. Entonces una fuerte discusión comenzó entre ambos hombres.
Luego de la discusión, ‘Mamola’, quien tiene 64 años de edad y su nombre real es Édgar Beleño, agarró un machete y comenzó a agredir a su yerno. El menor afirmó a las autoridades que, luego de cortar sus manos, atacó su cuello.
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Las autoridades buscan al homicida, quien huyó del lugar de los hechos y deberá responder por homicidio agravado. Según comentó la Policía Nacional a el diario El Tiempo:
“Se encontraban dos personas fomentado una riña de las cuales una de ella le causó lesiones a la otra quitándole la vida con un arma blanca, al señor Onaldo Álvarez Galeano, 60 años de edad, sin más datos. Se realizan labores de vecindario lograron averiguar que se trató de una riña entre el suegro y el yerno”.
Pulzo complementa
Datos oficiales proporcionados por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses muestran que, a pesar de variaciones anuales, la tasa de homicidios en el país ha sido significativa. En ocasiones, estos datos reflejan una disminución, aunque la problemática de la violencia homicida persiste.
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Las zonas urbanas, en particular, han sido focos de alta incidencia de homicidios. Las ciudades como Cali, Medellín y algunas áreas de la capital, Bogotá, han experimentado desafíos constantes en materia de seguridad. La presencia de grupos delictivos, disputas por el control territorial y actividades relacionadas con el narcotráfico han contribuido a estos problemas.
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