Los tres mandos medios de las extintas Farc que comparecieron ante la Sala de Reconocimiento de Verdad de la JEP fueron Marcos Alvis Patiño, Alfonso López Méndez y Jhoverman Sánchez, informó esa jurisdicción en un comunicado.

Alvis Patiño reconoció el trato que dio a miembros de la fuerza pública que tuvo secuestrados en jaulas de alambre de púas entre 1999 y 2000.

“A los policías que estuvieron cautivos se les ponía un nylon para sujetarlos”, dijo ante la JEP. A pesar de que tenían diarrea “no podían ir al chonto [baño] entre las 6:30 p.m. y las 5:00 a.m. una vez se cerraba la puerta” y debían hacer sus necesidades en bolsas e incluso “en los recipientes donde comían”, confesó ante la Jurisdicción Especial de Paz Marcos Alvis Patiño.

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En el testimonio que entregó el compareciente, que durante años tuvo en su poder a policías que fueron secuestrados durante la toma de Mitú en 1999, incluyó un reconocimiento de responsabilidad sobre los hechos que investiga la JEP en el marco del caso 01: Toma de rehenes y otras privaciones graves de la libertad cometidas por las Farc-EP.

“El daño que hicimos en esta guerra es demasiado grande”, admitió Alvis Patiño, al reconocer los malos tratos que sufrieron quienes estuvieron en cautiverio. Su respuesta llegó minutos después de que la magistrada Julieta Lemaitre le leyera una solicitud del general [en retiro de la Policía] Luis Herlindo Mendieta, víctima directa que estuvo en uno de los campos de secuestrados.

“Yo incluí al intendente Peña en la lista de secuestrados enfermos para ser entregados en intercambio humanitario, pero luego fue retirado”, contestó cuando le pidieron hablar sobre el intendente Luis Hernando Peña Bonilla que sufría problemas de salud mental y que sigue desaparecido. Frente a este caso, Alvis Patiño se comprometió a averiguar con otros excombatientes en Mesetas (Meta) sobre qué pasó con Peña Bonilla.

“El secuestro era inhumano, denigrante y de las peores cosas que ha dejado el conflicto”, señaló el compareciente de las extintas Farc-EP quien aseguró estar arrepentido y comprometido con ayudar a esclarecer qué pasó con las víctimas.

Las Farc y el secuestro de campesinos

El otro compareciente ante la JEP, López Méndez, que fue comandante del frente 27, uno de los más grandes de la extinta guerrilla en los municipios de Vistahermosa y San Juan de Arama (Meta), reconoció que esa unidad guerrillera se financiaba con el cobro de la pasta base de coca, acumulando millonarios ingresos que le permitían ejercer el control territorial de vastas zonas, incluso construyendo carreteras. También recibían ingresos por “multas” cobradas a los campesinos de la región.

El cobro de estas “multas” estaba precedido de secuestros. A los campesinos se les acusaba de ser informantes enemigos o de no cumplir las órdenes de la guerrilla, en especial la de pagar el “impuesto” a la pasta base de coca. Algunos campesinos eran asesinados y aún se encuentran desaparecidos y sus familiares los buscan, razón por la cual la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas estuvo presente en la diligencia, así como las víctimas acreditadas.

Alias ‘Iván Márquez’ salió a relucir en las declaraciones

El tercer compareciente,  Jhoverman Sánchez, que fue el tercero al mando del frente quinto hasta 1997 y luego comandó el frente 58 que delinquía en la misma zona (Nudo de Paramillo, Urabá y Chocó), dijo que participó en operaciones militares en Riosucio, Murindó, Vigía del Fuerte, Bojayá, Carmen de Atrato y Juradó.

Cuando la magistrada de la JEP Julieta Lemaitre le preguntó sobre quién dio la orden de secuestrar en Urrá (Córdoba), en 1994, a dos topógrafos de nacionalidad sueca, un ingeniero colombiano y dos conductores, todos contratistas de Skanska, respondió: “Ahí estaba Márquez, Iván Márquez. Esa fue una operación del Bloque”.

Sánchez reconoció su participación en el secuestro de más de 137 miembros de la fuerza pública, entre militares y policías, en los años 1998 al 2005. Sin embargo, ante los vejámenes que una de las víctimas directas de estos casos denunció haber sufrido en medio de su cautiverio, el compareciente respondió: “había otros mandos superiores a mí que se encargaban de esto. Nunca fui a ninguno de estos campamentos, quien enviaba o recibía las notas tampoco era yo, si no estoy mal quien se encargaba de eso era Márquez.”