Las dos aseveraciones de Gustavo Petro, un verdadero coctel explosivo que llama la atención de todo el país por las implicaciones que pueden tener, las hizo en una entrevista con la periodista Vicky Dávila, de Semana.

El señalamiento contra los familiares de los expresidentes surgió cuando Dávila le preguntó a Petro si creía en la legalización, un tema de permanente discusión en el país y que toca fibras no solo en Colombia, sino en la región y Estados Unidos.

De hecho, en la historia reciente de Colombia, el debate tuvo como uno de los primeros protagonistas al expresidente Ernesto Samper Pizano (1994-1998), que —según el académico Juan Gabriel Tokatlián en su ensayo ‘La polémica sobre la legalización de drogas en Colombia, el presidente Samper y los Estados Unidos’— desde los años 70 “fue un activo participante en la polémica a favor de una actitud más liberal y menos prohibicionista sobre la marihuana”.

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También son ampliamente conocidas las posturas frente a la legalización de los expresidentes César Gaviria y Juan Manuel Santos. Por su lado, Gaviria, que fue vocero en 2012 de la Comisión Global sobre Política de Drogas, calificó en ese momento en El Tiempo de “fallida” la estrategia de Estados Unidos en ese campo y acusó a la “dirigencia” de ese país de ser “incapaz” de enfrentar el problema.

Santos, a su turno, sostuvo en octubre del año pasado que el consumo de drogas “no va a desaparecer en el mundo, pero sí se puede controlar; se puede disminuir y se puede regular. Pero para eso hay que legalizarlo, hay que volverlo una política legal, donde el Estado asuma el control”.

Petro, que se perfila como candidato a la presidencia de la república en las elecciones del próximo año, le respondió a Dávila en su particular estilo: “El tema de la marihuana me parece una estupidez mantenerlo en la clandestinidad”, pero por una razón completamente diferente a la de los otros líderes que han defendido esa causa.

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En primera instancia, por su respuesta, se infiere que Petro reduce la legalización de las drogas solo a la marihuana; y, en segunda instancia, es “una estupidez” mantener el tema de la marihuana “en la clandestinidad”, porque, según él, eso es “para que los familiares de expresidentes hagan los negocios de exportación de marihuana legal”.

“En cambio, le echan bombas a los campesinos y a sus hijos que producen marihuana en el Cauca”, siguió Petro en la entrevista con Dávila, que terminó mal cuando la periodista sostuvo que los integrantes del M-19 fueron “hampones” y Petro le respondió: “No me diga hampón, porque no lo soy”.

“¿Cuáles familiares de expresidentes están gozando del negocio de la marihuana en Colombia?”, le preguntó Dávila al político después de su afirmación, y encontró una de sus frecuentes respuestas.

Pues pide todo el listado de organizaciones que tienen licencia…”, le dijo Petro.

“Pero, usted sabe. Cuénteme”, insistió la periodista.

Bueno en este momento no es mi deber“, dijo un Petro huidizo. “Lo único que te puedo decir es que la posibilidad de exportación legal de marihuana […] que se da a través de licencias del Gobierno Nacional, y que ha entregado varias, tiene como beneficiarios a amigos del poder político en Colombia. Mientras, están masacrando y bombardeando campesinos por cultivos de marihuana en el Cauca”.

¿No me va a decir cuáles hijos de expresidentes?”, volvió a intentar Dávila, pero se chocó con otra seca evasiva.

“En otra oportunidad”.

¿Pero lo sabe o no lo sabe?, cargó de nuevo Dávila, aunque, una vez más, sin éxito.

Sí, estamos en ese proceso investigativo”, fue la respuesta de Petro.