Tres personas víctimas de acoso laboral y sexual destaparon un escándalo que empaña al Congreso, al denunciar a un empleado de esa institución al que señalan de ser su presunto victimario. Los tres afectados acusaron a John Jairo Uribe de acosarlos, exigirles parte de sus salarios y hasta drogarlos, y estas delicadas acusaciones terminaron salpicando, indirectamente, al senador Roy Barreras.

El nombre del Presidente del Congreso apareció mencionado en esta grave denuncia de presunta violencia sexual y acoso laboral, revelada por el también senador Jota Pe Hernández, debido a que el principal implicado resultó ser uno de los asesores de comunicaciones en los que ha depositado mayor confianza y con quien ha trabajado de cerca en los últimos 15 años.

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La denuncia, presentada ante la Fiscalía, la hicieron Camila Sanclemente, Daniel Sepúlveda y una víctima más que pidió mantener su nombre bajo reserva. Los tres señalaron a Uribe de cobrarles, a través de su hija Valeria Uribe, una comisión de sus salarios en el Congreso, de hostigarlos en el desempeño de sus funciones e incluso lo acusaron de que compraba la droga sintética 2C-B (‘tusi’) para presuntamente tranquilizarlos y, luego, acosarlos sexualmente.

Asesor de la entraña de Roy

Al evidenciar la creciente polémica en la que apareció involucrado su asesor, Barreras se pronunció rápidamente este lunes para asegurarle a la opinión pública que Uribe no tenía ningún vínculo contractual ni personal con él, pese a que hay evidencia de la estrecha cercanía que han tenido.

Este intento del Presidente del Congreso por desmarcarse de su asesor denunciado por presuntamente acosar a sus trabajadores a cargo quedó claro con el comunicado que publicó Barreras en el que aclaró que aunque Uribe ha trabajado junto a él en los últimos 15 años, ahora no es funcionario del Senado, “sino que trabaja para una compañía externa que presta sus servicios técnicos al Canal Congreso”.

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En esa línea, el Senador del Pacto Histórico señaló que su relación con Uribe se ha limitado a lo laboral y profesional, pero la realidad es otra, ya que su vínculo personal ha sido más estrecho del que insinuó.

Esta negada cercanía quedó en evidencia en el controversial episodio de agosto de 2021 en el que el Senador olvidó un maletín que tenía en su interior fajos de billetes de 10.000 pesos y documentos personales en el Hotel de la Ópera, ubicado cerca a la Presidencia y el Congreso.

Tal fue el nivel de confianza que Barreras depositaba en el hoy denunciado que lo envió para que hablara con la Policía y recogiera ese maletín lleno de billetes, pero los uniformados exigieron que Barreras acudiera personalmente al lugar a reclamar el maletín.

“Me devolvieron intacto mi maletín personales con invaluables documentos y el dinero para el pago de mi impuesto predial de 2021”, explicó Barreras ante la polémica por el contenido del maletín.

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Esta cercanía también ha quedado en evidencia en la “fidelidad burocrática” que Barreras le ha demostrado a Uribe, ya que además de contratarlo como asesor en su Unidad de Trabajo Legislativo (UTL), el hoy señalado de acoso se ha visto beneficiado con contratos en el Congreso y en la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP). Incluso, Uribe trabajó para el Partido de la U –por su vínculo con el Senador– en la época en la que lo dirigía el expresidente Juan Manuel Santos.

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A esto se le suma que Uribe hizo parte del círculo más estrecho de asesores que lo acompañó en la campaña legislativa y presidencial del Pacto Histórico. En ella, el ahora acusado de acoso hizo parte de diferentes viajes e incluso tuvo la facilidad de tomarse fotos junto a Gustavo Petro.

Para terminar de desmarcarse, el Barreras resaltó que tanto Uribe como su hija fueron retirados de sus labores provisionalmente y destacó que este caso sí fue llevado a la justicia, a diferencia de la denuncia de Gustavo Bolívar sobre una red de trata de personas, cuyas pruebas nunca fueron entregadas por el exsenador a la Fiscalía.

Al respecto, Bolívar aseguró que no hizo la respectiva denuncia porque las supuestas víctimas no quisieron hablar. “Una cosa es denunciar a un funcionario puesto por un senador y otra cosas es denunciar a un senador poderoso. Pero ya aparecerá quien quiera denunciar”, dijo el exsenador.