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La noche del viernes 12 de septiembre de 2025 marcó el inicio de una emergencia ambiental en Cundinamarca, Colombia, donde tres incendios forestales simultáneos afectaron gravemente las zonas rurales de Nilo, Ricaurte y Sasaima. Aunque las autoridades no reportaron víctimas humanas, las secuelas medioambientales son significativas debido a la destrucción de hectáreas de vegetación nativa y el desplazamiento de numerosas especies de fauna silvestre. Este escenario evidencia la sensibilidad del territorio ante el riesgo de incendios, agravado por la temporada seca, tal como informó el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM).
Las labores de los bomberos y la Gestión de Riesgos se centraron inicialmente en Nilo, específicamente en la vereda Los Curos, donde el incendio afectó cerca de 15 hectáreas de bosque nativo y se logró controlar en un 70 % hacia las primeras horas de la noche. Según los reportes, existen indicios de posible intencionalidad en el origen de este incendio, un aspecto recurrente en el contexto latinoamericano, vinculado a conflictos sociales, intereses agrícolas y presión urbana. De acuerdo con análisis de la organización Rainforest Foundation Latin America, este patrón exige investigaciones profundas, así como políticas integrales de prevención, justicia y educación ambiental.
En Ricaurte, el fuego se concentró en el sector El Paso. La respuesta incluyó la instalación de un Puesto de Mando Unificado que coordinó recursos de cuerpo de bomberos de varios municipios cercanos. Esta organización permitió controlar el 98 % del incendio para el sábado 13, aunque las tareas continúan para evitar rebrotes. El Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional de Colombia enfatiza que, si bien estas acciones demuestran avances en gestión de riesgos, se requiere mayor inversión en capacitación y tecnología para enfrentar incendios, cuya frecuencia y severidad aumentan por el cambio climático y la deforestación.
En la localidad rural de Sasaima, el incendio en las veredas Lanillo y Pilaca fue controlado en un 85 %. Aquí, el debate se centra en cómo las prácticas agropecuarias, especialmente el uso del fuego para renovar pastizales, contribuyen recurrentemente a estos siniestros, como advierte la Corporación Autónoma Regional CAR. Por tal motivo, se considera fundamental reforzar campañas de educación y vigilancia, así como establecer controles más rígidos sobre las actividades agrícolas tradicionales que ponen en riesgo al bosque nativo.




Más allá de la respuesta inmediata, estos incendios han puesto de relieve la vulnerabilidad de los ecosistemas forestales frente a presiones humanas y climáticas. Los impactos sobre la biodiversidad, la calidad del agua y las cadenas tróficas afectan también a las comunidades locales, lo que motiva el llamado de las autoridades y organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) a extremar alertas y restaurar ecológicamente las zonas afectadas. Según el reporte oficial del gobernador Jorge Emilio Rey y de los cuerpos de bomberos de Cundinamarca, estos eventos exigen esfuerzos coordinados y sostenidos en todos los niveles para proteger los servicios ecosistémicos y la convivencia rural.
¿Qué es un Puesto de Mando Unificado en situaciones de emergencia?
El término "Puesto de Mando Unificado" hace referencia a una estructura de organización y coordinación que se establece en el lugar de una emergencia. Su objetivo principal es permitir la toma de decisiones conjunta y eficiente entre diversas entidades y grupos de respuesta, como bomberos, gestión del riesgo y otras autoridades locales. Esta herramienta resulta clave para desplegar recursos de manera ordenada y optimizar el control de situaciones críticas, especialmente cuando se requiere la intervención de varios municipios o instituciones, como se evidenció en la atención al incendio en Ricaurte.
Su implementación ayuda a evitar duplicidades y reduce los tiempos de reacción, lo cual puede marcar la diferencia frente a emergencias ambientales de gran escala. El correcto funcionamiento de un Puesto de Mando Unificado depende de la comunicación constante, el liderazgo claro y la participación colaborativa entre todos los organismos involucrados, lo que refuerza la capacidad regional para prevenir y mitigar el impacto de desastres.
¿Cuál es la relación entre cambio climático y frecuencia de incendios forestales?
La pregunta sobre la conexión entre el cambio climático y la frecuencia de los incendios forestales responde a la creciente preocupación por cómo las alteraciones en los patrones climáticos están afectando la recurrencia y la intensidad de estos eventos. Según el IDEAM, condiciones extremas como altas temperaturas y disminución de lluvias, propias de la temporada seca de 2025 en Colombia, han incrementado el riesgo de incendios, lo cual genera impactos ambientales extendidos en la región.
El cambio climático propicia la sequedad de los suelos y la acumulación de material vegetal inflamable, facilitando la propagación del fuego y dificultando el control por parte de los equipos de emergencia. Por ello, enfrentar el fenómeno exige medidas de adaptación que incluyan vigilancia continua, prevención comunitaria y planes de restauración ecológica, tal como recomiendan tanto organismos nacionales como internacionales especializados en gestión ambiental.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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