La denuncia de estas reclusas la dio a conocer El Espectador, y dijo que se trata de tres mujeres que están allí recluidas por su supuesta participación en la bomba que estalló en uno de los baños el Centro Comercial Andino, en 2017: Lina Vanessa Jiménez, Alejandra Méndez Molano y Lizeth Rodríguez.

La queja, de acuerdo con ese medio, tiene que ver con que luego de apoyar el cacerolazo por el paro una uniformada del Inpec, dicen ellas, llegó hasta el taller en donde trabajan y se llevó de allí varios elementos que les pertenecen, entre ellos libros de literatura (Rayuela, de Julio Cortázar, y la autobiografía de Nelson Mandela).

Las mujeres también aseguran, dice el periódico, que “la dragoneante también se les llevó cuadernos en donde Rodríguez tenía anotados todos los contactos, incluidos los de sus abogados, apuntes jurídicos claves sobre su proceso y un diario de campo que empezó a llenar hace poco para un trabajo académico”.

Las tres mujeres coinciden en que la requisa se dio en “represalia” debido a que todas mostraron su apoyo al cacerolazo, aunque reconocen que ninguna autoridad les advirtió que haber participado les traería consecuencias.

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Finalmente, las reclusas se mostraron temerosas de que en los elementos que les quitaron les puedan incluir algún otro objeto que no sea de ellas, aunque desde el Inpec le confirmaron a El Espectador que se va a revisar el caso ya que el procedimiento lo hizo un funcionario de la seguridad del patio.

“El director del Eron va a revisar con más detalle el caso. La novedad fue reportada por el funcionario y en su informe manifestó que se decomisaron elementos prohibidos”, señala ese medio, que cita a una “fuente” del Inpec.

En cuanto a las tres mujeres, la Fiscalía dio a conocer que las acusa de presuntamente pertenecer al Movimiento Revolucionario del Pueblo (MPR), y están siendo procesadas por rebelión.