“Temía por su vida. Él decía que se encontraba en un estado de vulnerabilidad dentro del búnker de la Fiscalía y que pedía ser trasladado a un lugar donde pudiera estar mucho más seguro”, afirmó Darcy Quinn, de Caracol Radio, al reportar el traslado.

Sin embargo, según Quinn, el registro de Tovar Pupo en la cárcel Picaleña, situada en Ibagué, tuvo algunos inconvenientes debido a que este exponente del paramilitarismo tiene varias identidades. “Pero finalmente, se logró, y permanecerá en esa cárcel mientras se define su situación” frente a las cuentas pendientes que tiene con la justicia colombiana.

De acuerdo con Ecos del Combeima, el traslado de Tovar Pupo estuvo a cargo de funcionarios del CTI de la Fiscalía, en un “fuerte operativo” coordinado con fuerzas especiales de la Policía, directo desde búnker de la Fiscalía en la capital y el complejo penitenciario y carcelario de la capital del Tolima.

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“Al parecer, el exjefe paramilitar había estado argumentado que su vida corría peligro, de tal manera que se decidió trasladarlo a una cárcel de máxima seguridad”, agrega esta misma frecuencia radial. “Por su cercanía a la capital del país, se estimó que Ibagué era el lugar idóneo”.

La emisora tolimense sostuvo, además, que Tovar Pupo fue recluido en una celda aislada, con un pequeño patio para tomar el sol, situada en un pabellón de alta seguridad de ese penal.

¿Quién es ‘Jorge 40’?

Tovar Pupo es uno de los más sanguinarios jefes paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que fue extraditado en 2008 —junto a Salvatore Mancuso— a Estados Unidos por delitos asociados al narcotráfico. En ese país fue condenado a 16 años de cárcel, de los cuales pagó 12. A finales de agosto pasado, fue extraditado de EE.UU. a Colombia.

Durante su proceso judicial, el gobierno de EE. UU. responsabilizó a Tovar Pupo del envío a ese país de al menos 1.500 kilogramos de cocaína entre 2002 y 2005 y cuyo cultivo, producción y tráfico supervisaba al haber dirigido las actividades de las AUC en el noreste de Colombia.

Pero esas fueron las deudas con la justicia estadounidense. Porque el prontuario y la estela de sangre y dolor que dejó este exjefe paramilitar en Colombia aún están pendientes.

Tovar Pupo fue excluido de la Ley de Justicia y Paz (sistema de justicia transicional creado para la desmovilización de los paramilitares) por negarse a contar la verdad. “Su silencio ha impedido reconstruir episodios claves de historia de la violencia en la Costa Caribe”, subraya el portal especializado Verdad Abierta.