Escrito por:  Redacción Nación
Ago 10, 2025 - 11:59 am

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha manifestado su apoyo al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, colocándose en el foco de la tensión con Estados Unidos, nación que ha incrementado la recompensa por la captura del jefe del régimen a 50 millones de dólares, hasta ahora la cifra más alta en la historia estadounidense. Este respaldo ha sido defendido por Petro a través de sus redes sociales y en declaraciones oficiales, desmintiendo las acusaciones de la fiscal general estadounidense, Pamela Bondi, contra Maduro.

“Colombia y Venezuela son el mismo pueblo, la misma bandera, la misma historia”, afirmó Petro, según información recogida en sus redes sociales, alegando que cualquier operación militar en la región sin la aprobación de estos países sería considerada como una agresión contra América Latina y el Caribe.

En una táctica que ha reverberado la postura del mayor general José Antonio Murga Baptista, comandante general del ejército Bolivariano de Venezuela, Petro declaró en un discurso que la solución a los problemas políticos venezolanos no debería basarse en la violencia ni en la persecución de sus líderes políticos, sino en un diálogo abierto que garantice elecciones libres y pacíficas, como explicó el mandatario. 

El presidente destacó además el apoyo que ha obtenido de Maduro y del ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, especialmente en la lucha conjunta contra el narcotráfico en la frontera común.

A pesar de su postura crítica confrontando algunas políticas estadounidenses, Petro también reconoció la importancia de intensificar la lucha contra los grupos narcotraficantes, siempre bajo el respeto de la soberanía de los países involucrados.

La figura de Gustavo Petro ha cobrado relevancia en el escenario político latinoamericano, siendo un defensor público de Maduro frente a la presión y acciones de Estados Unidos, promoviendo el respeto entre países hermanos y la búsqueda de soluciones políticas pacíficas en Venezuela, aunque desconociendo la represión de ese régimen con sus ciudadanos.

Todo esto ocurre en un panorama en el que Estados Unidos tiene una postura dura contra el régimen de Maduro, mientras el gobierno colombiano lidera una política de diálogo regional y defiende la soberanía latinoamericana. Como reafirmó el presidente colombiano, cualquier movimiento militar sin el consentimiento regional sería un acto de agresión contra toda América Latina y el Caribe.

Esta tensión política actual entre las tres naciones parece ser una continuación de las disputas históricas que han marcado las relaciones entre los países de América Latina y Estados Unidos, sobre todo con gobiernos como los de Donald Trump.

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