El Gobierno de Gustavo Petro recién acaba de superar quizás la crisis interna más delicada que ha sufrido sin siquiera haber cumplido un año. La polémica reforma a la salud ya había provocado las primeras diferencias entre algunos de sus ministros, principalmente entre la anterior titular de esa cartera Carolina Corcho y los también ahora exministros Alejandro Gaviria (Educación) y Cecilia López (Agricultura).

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La reforma a la salud causó el rechazo abierto de Gaviria y de López, así como comentarios de alerta por parte del exministro de Hacienda José Antonio Ocampo. La situación produjo primero la salida de Gaviria del gabinete, pero después se empeoró y desembocó, hace ya un mes, en la barrida de siete ministros y la ruptura con los partidos tradicionales.

Después de que Petro nombrara a Luis Fernando Velasco (ministro del Interior), Ricardo Bonilla (ministro de Hacienda), Guillermo Jaramillo (ministro de Salud), Jhenifer Mojica (ministra de Agricultura), William Camargo (ministro de Transporte), Mauricio Lizcano (ministro de las TIC) y Yesenia Olaya (ministra de Ciencia), se creyó que las aguas se apaciguarían en el interior del Ejecutivo.

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Pero unas declaraciones de Velasco, en las que no menciona específicamente a nadie, pero que por su contenido y contexto apuntan directamente al comisionado de paz, Danilo Rueda, podrían estar dibujando una nueva fisura en el Gobierno de Petro, y sumando masa crítica a las crecientes voces que están pidiendo la salida de Rueda por descaches como el de haber calificado de “gesto de responsabilidad” el comunicado del Eln en el que se atribuyó el ataque terrorista en Tibú (Norte de Santander) que mató a dos policías y a una joven madre.

Velasco no se refirió a eso, sino que hizo alusión a la carta que les envió Rueda a las disidencias ‘Estado Mayor Central’ de las Farc, encabezadas por Néstor Gregorio Vera Fernández, alias ‘Iván Mordisco’, en la que el funcionario encargado de materializar la idea de Petro de “paz total” le insistía a esa organización permanecer en los diálogos e instalar una mesa de negociaciones con el Gobierno.

En esa misiva, Rueda volvió a mostrar su condescendencia con la estructura criminal al felicitarla por su actividad en materia de la defensa de los derechos humanos, una actitud calificada por algunos como grotesca.

La carta de Rueda se conoció cuando Petro ya había anunciado el levantamiento del cese al fuego con esa estructura criminal como consecuencia del asesinato de cuatro menores indígenas en el Putumayo que se negaron a ser reclutados forzosamente.

Poco después, esas disidencias amenazaron con entorpecer las elecciones regionales de octubre próximo, incluso vetando a los partidos tradicionales para que no postulen candidatos en los territorios donde delinquen, y advirtiendo que en sus puntos ilegales de control devolverán a los aspirantes que pretendieran ingresar a esos territorios.

“El llamado a absolutamente todas las fuerzas es el respeto a la democracia. Pero cuando uno recibe una amenaza como la que ha recibido, esto no es con carticas ni con mensajitos. Esto es con actuaciones que, evidentemente, está preparando la Fuerza Pública”, dijo Velasco, sin mencionar a Rueda.

Rueda ha manifestado que solo saldrá del Gobierno si el presidente Petro se lo solicita. Así, se viene configurando un pulso entre él y el ministro encargado de la política, clave las para las elecciones que se avecinan en octubre. En manos de Petro está ahora decidir qué camino tomar.