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El menor viajaba como parrillero en una motocicleta cuando, tras una caída, su brazo quedó atrapado en la cadena del vehículo. El impacto le causó fracturas en húmero, radio y cúbito, además de graves lesiones en tendones, vasos sanguíneos y nervios, lo que derivó en la amputación del 80 % de su muñeca.
Su madre, Gina Carolina Ramírez, recuerda con angustia el momento en que encontró a su hijo arrodillado junto a la moto, con el brazo gravemente comprometido.
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De inmediato, al niño lo atendió el Cuerpo de Bomberos de Riosucio y lo trasladó al Hospital San Juan de Dios (Pereira), donde recibió atención inicial para controlar la infección y estabilizar sus heridas.
Dada la complejidad de su estado, a José Ángel lo remitieron de urgencia al Hospital Universitario San Jorge de Pereira, donde el cirujano de mano Santiago Salazar Botero y su equipo lograron reconstruir su antebrazo y estabilizar la fractura del húmero.
“Gracias a la rápida intervención y al manejo adecuado en cada etapa del proceso, se logró un resultado funcional muy bueno, superando las expectativas de recuperación”, explicó el especialista.
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Hoy, diez meses después del accidente, José Ángel ha recuperado el 90 % de la movilidad en su brazo izquierdo, evitando una amputación total.
Aunque aún debe continuar con terapias y tratamientos, su evolución es notable. Su madre expresó su gratitud al equipo médico y al hospital por haberle devuelto la esperanza a su hijo.
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