Esas dudas comenzaron porque la niña empezó a asistir a los controles prenatales, cuando tenía 26 semanas de embarazo, en el hospital del municipio y acompañada siempre de su padre, de acuerdo con un comunicado de la Fiscalía.

Por la conducta irregular de la menor durante la atención, los médicos pusieron el caso en conocimiento de las autoridades para que indagaran el aparente abuso sexual.

“Fue así como se inició la respectiva investigación que permitió vincular al padre de la niña al proceso como el sospechoso principal de estos hechos. La víctima confirmó la situación que venía padeciendo”, añade la misiva.

Según habría contado la víctima al ente acusador, los abusos se presentaban desde el año 2014 dentro de la finca donde vivían juntos, ubicada en el corregimiento de Amoyá de Chaparral.

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Aunque el hombre no aceptó el delito de “acceso carnal violento en concurso homogéneo y sucesivo agravado”, imputados por la Fiscalía, un juez lo privó de la libertad y lo envió a un centro de reclusión “mientras continúa la investigación”.

La menor, según medios locales como Extra y la Lengua Caribe, permanece bajo custodia y protección de las entidades encargadas de menores del Tolima.

Cabe recordar que las autoridades toman con mayor validez la acusación de un menor sobre la versión de un adulto, y en estos casos de abusos, las investigaciones y decisiones judiciales son inmediatas mientras las pruebas demuestran la culpabilidad o inocencia del indiciado.