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Marcela Rodríguez Campos y Carolina Erazo Restrepo fueron intercambiadas al nacer en el hospital San Pedro Claver, ahora llamada la Clínica Méderi, en Bogotá, el 6 de septiembre de 1988, hace 35 años.
“Fue una coincidencia o hasta un milagro”, así definen actualmente esta situación las dos mujeres, que llevan varios años luchando con la justicia por esta confusión de la cual no fueron culpables.
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Todo comenzó cuando en el año 2008, por casualidades de la vida, ambas mujeres ingresaron a estudiar la misma carrera en la Universidad Javeriana en Bogotá. Un año después, las clases de la carrera Nutrición y Dietética, las unió para que, a partir de ese momento, la verdad comenzara a surgir.
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Un día cualquiera, Marcela le comentó a su padre todas las coincidencias que tenía con Carolina. Fecha de nacimiento, clínica y hasta la hora, porque una nació a las 2:45 p.m., y la otra 5 minutos después. Todo al punto, que ella le dijo, “pa, le encontré a su hija perdida”.
Tras esto, Marcela ahora busco con su madre, Sandra Campos, fotos en redes sociales y descubrieron el parecido de Carolina con la hermana de Marcela. “Ante la curiosidad, un día mi papá fue y nos recogió en la universidad, Carolina le mostró fotos de ella de pequeña y vieron similitudes”, detalló Marcela.
Cada vez los indicios eran más claros para ambas familias, por eso un día decidieron reunirse y otra vez, volvieron a encontrar similitudes físicas entre sí, los padres de una, con la hija de los otros y viceversa. Sin embargo, esto solo fue el empujón para hacer la prueba definitiva, la de ADN.
La verdad salió a la luz: los padres biológicos de Marcela son Dunia Restrepo y Elmer Erazo; y los de Carolina son Sandra Campos y Miguel Rodríguez. La prueba realizada el 8 de julio de 2009, aseguró que las niñas fueron intercambiadas por error al nacer.
Cada una quedó con dos padres y dos madres.
Como si el universo quisiera que la verdad se supiera, el ser intercambiadas, crecer por separado y conocerse en la universidad estudiando lo mismo, fue más que una simple coincidencia. Lo que siguió para las dos familias era intentar recuperar el tiempo perdido con la hija verdadera de cada pareja de padres tras 21 años.
“Estoy totalmente agradecida con mis padres de crianza, quienes me dieron todo el amor desde siempre. También he construido lazos sólidos y un vínculo con mis padres biológicos. Al final estoy agradecida por tener dos padres y dos madres espectaculares”, dijo Carolina.
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Asimismo, Marcela también se expresó sobre el poder conocer de donde venía su verdadero genio, que era tan diferente al de sus padres de crianza.
“Cuando recibimos las pruebas de ADN hicimos entre las dos un pacto para no cambiar la situación. Yo sigo siendo hija de Sandra y Miguel; y tú, de Dunia y Elmer. Además, supe de dónde viene mi forma de ser, que es completamente diferente a la de mis padres de crianza, pero que sigue estando presente en mi vida”, sostuvo Marcela.
Por otro lado, Sandra, la madre biológica de Marcela, afirmó que quedó en shock cuando supo los resultados, pero que estaba agradecida porque ya tenía a las dos.
“Cuando recibimos la noticia quedamos en shock. Hubo sentimientos encontrados, pero ahora estoy agradecida porque las tenemos a las dos”.
Con lo ocurrido, los cuatro padres estaban de acuerdo en que las hijas debían cambiarse los apellidos, sin embargo, ambas se negaron por una simple razón.
“A pesar de todo, yo le sigo diciendo papás a quienes me criaron. Me dieron el amor y la educación durante 21 años de mi vida”, sostuvo Marcela.
No todo es color de rosa, la lucha legal comenzaba
Con el tiempo, Marcela y Carolina decidieron tomar acciones legales contra el hospital San Pedro Claver, ahora llamada la Clínica Méderi, por la negligencia en el error de haberlas intercambiado. Aunque ambas crecieron en ambientes sanos y familiares, las afectaciones tras conocer la verdad estuvieron.
Por eso, el 10 de septiembre de 2018, el Juzgado 60 Administrativo del Circuito de Bogotá determinó que el extinto Instituto de Seguros Sociales, es patrimonialmente responsable por los perjuicios causados a las familias. De esta manera, la nación y el Ministerio de Salud y Protección Social fueron condenados a pagar una indemnización económica por daño moral y de vida en condición de cada una de las afectadas.
“Los funcionarios de la Clínica, que para la fecha atendieron el parto de la señora Campos y de la señora Restrepo y el posterior cuidado de las neonatas, fueron negligentes, ocasionando que hoy las familias Rodríguez Campos y Erazo Restrepo tengan que soportar estas dolorosas situaciones”, se lee en la sentencia conocida por El Tiempo.
Ya han pasado 5 años y tanto Marcela como Carolina siguen esperando que el gobierno las indemnice por lo sucedido, además, han sido víctimas de tramitadores que buscan engañarlas con ofertas de darle celeridad al caso, a cambio de dinero.
Hasta desde la defensa de estas dos mujeres, han hecho constantes peticiones para conocer el lugar en la fila de entrega de pagos, no se ha anunciado una fecha para la resolución del caso.
“Es preocupante, frustrante y molesto para toda la familia volver a esa situación cada vez que hay una notificación y no se resuelve nada. El dinero no repara el dolor que sentimos, pero es un aliciente para todos con respecto a lo que sucedió, porque por derecho nos corresponde, según la sentencia”, afirmó Marcela.
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Aunque afortunadamente las dos han tenido una vida sana, tranquila y han sabido salir adelante con sus trabajos a pesar de las dificultades, esperan que el gobierno responda. Cada una con su propia familia y hasta al tener sus hijos, a Marcela y Carolina les da miedo que suceda lo mismo que paso con ellas.
Ambas siguen adelante y esperan que les respondan, así sea un poco por esta experiencia que marcó un antes y un después en la vida de cada una.
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