“Ya no nos acostamos temprano”, dijo Fonseca, quien vive con su esposo, a El Tiempo, y añadió que ahora puede servir la comida más tarde, alrededor de las 7 de la noche.

La entrevistada manifestó en el periódico que debido a la ausencia de servicio eléctrico en su hogar, tuvo que afrontar una situación difícil, al dejar de usar sus cosas o tener que llevarlas a otro lugar.

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“Tenía un televisor donde un vecino”, indicó al periódico, y dijo que lo trasladó a otra vivienda hace unos 4 años porque, pensaba que se dañaría por la falta de uso.

La mujer, que es una adulta mayor, expresó estar feliz por poder tener en uso una nevera que había ganado hace aproximadamente 2 años cuando, con su marido, se ganó un concurso de baile.

También comentó en el mismo medio que ya no tiene que pedir permiso a los vecinos para poder cargar un celular o hacer otro tipo de tareas, por las que le cobraban $ 1.000.

Se estima que alrededor de unas 5.500 familias viven sin servicio de luz eléctrica en el departamento de Cundinamarca, expresó a El Tiempo Óscar González, de Enel-Codensa.