También será recordado como un depredador sexual. Ese gusto por las menores lo llevó al extremo de abusar de las hijas de sus propios escoltas, 4 de los cuales “lo vendieron” motivados, en parte, por ello, y por 500 millones, según narra El Tiempo.

“Uno de estos informantes llegó hasta Necoclí, donde se ubica la base Antinarcóticos de la Policía, que es núcleo de la operación Agamenón. Se presentó con fotos recientes en las que ‘Gavilán’ aparecía con una de sus dos compañeras permanentes y dio pistas que sirvieron para cerrarle el cerco”, dice el diario.

Roberto Vargas Gutiérrez, su nombre de pila, “obligaba a las familias campesinas a entregarles a sus hijas entre los 12 y los 15 años”, dijo a El Tiempo uno de los oficiales que participaron en el operativo que le dio de baja en días pasados. Y agrega que les daba en compensación entre 10 y 15 millones de pesos.

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Pero en otros recuentos de su prontuario se cuenta que ‘Gavilán’ no solo conseguía las niñas presionando a sus padres, sino que tenía a una mujer que las buscaba en los colegios y las seducía con ropa y celulares. También armaba fiestas en su guarida para atraerlas.

En lo que se diferencian todos los relatos es en la edad mínima que buscaba, algunos dicen que hasta de 8 años.

La ubicación exacta de ‘Gavilán’ fue determinada mediante el rastreo del receptor de televisión satelital, con el que el capo vio el partido de fútbol Colombia-Venezuela.

El capo murió por 3 proyectiles que le impactaron en el pecho.

Sobre el ‘Gavilán’ queda alias ‘Otoniel’, a quien las autoridades le siguen el rastro. Seguramente, ‘Gavilán’ será reemplazado por ‘Nicolás’, uno de sus subordinados.